>El argentino Germán Cano y el ingresado John Kennedy le dieron el triunfo por 2 a 1 al Tricolor brasileño. Luis Advíncula tuvo el descuento para el Xeneixe.
Boca Juniors fracasó por tercera vez en su intento de atrapar la séptima Copa Libertadores de su historia, al perder este sábado sin atenuantes con Fluminense de Brasil por 2 a 1 en el tiempo extra de una dramática final disputada ante una multitud en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
El delantero Kennedy, ingresado desde el banco, hizo el gol decisivo para el bautismo internacional de Fluminense con una volea a los 100 minutos y luego vio la segunda tarjeta amarilla e inmediatamente la roja con la que fue expulsado por excederse en los festejos.
Al finalizar el primer tiempo agregado, el colombiano Frank Fabra también fue expulsado por aplicarle irresponsablemente una cachetada a un rival, lo que impidió al equipo argentino jugar con superioridad numérica en el tramo final del partido.
El «Xeneize» forzó la prórroga gracias a un tanto del defensor peruano Luis Advíncula, su goleador en la competencia (4), con un remate desde afuera del área a los 28 minutos del segundo tiempo.
Fluminense estaba en ventaja desde los 36 minutos del primero por un tiro rasante del argentino Germán Cano, luego de una jugada colectiva bien elaborada por el sector derecho del ataque brasileño.
El equipo carioca fue un justo y claro vencedor ante un rival que volvió a mostrar la mala imagen de juego, como a lo largo de toda la temporada.
En los 90 minutos ya el nuevo campeón había sido superior pero un remate de lejos del peruano Advincula le dio a Boca una vida más para el delirio de los más de 30.000 hinchas que lo acompañaron en el mítico estadio de Río de Janeiro.
El mediocampista André, la figura de la cancha, fue el conductor del «Tricolor», luego en orden de mérito lo siguió Keno, Kennedy y Cano, máximo anotador de la Libertadores 2023 con 13 goles.
En Boca sólo Nicolás Valentini, que jugó en lugar del suspendido Marcos Rojo, y Advincula, autor del gol del empate parcial, fueron los únicos destacados.
Los cariocas salieron a imponer condiciones desde el comienzo y Boca decidió esperar, como generalmente lo hacen los visitantes, dejando la pelota y el territorio a su adversario.
Los primeros 15 minutos fueron de Flu con el manejo de André y Ganso en el medio y los permanentes desbordes de Keno, quien tenía a maltraer a Advincula.
A los 13 minutos un cabezazo de Cano fue bien contenido por Romero en la primera señal de peligro. La respuesta de Boca fue un remate de Miguel Merentiel que fue al cuerpo de Fabio.
El problema de los dirigidos por Almirón estaba como otras veces en la mitad de la cancha, donde ninguno de los dos Fernández pudo hacer pie. Faltaba un volante central fijo y tanto Medina como Barco podían entrar en juego.
Sin embargo al dominio del Flu le faltaba más precisión en la ofensiva, ya que no tuvo tanta situaciones como el tiempo que fue el dominador de la posesión del balón.
Hasta que a los 35 minutos una buena jugada que comenzó el colombiano Arias por el sector derecho del ataque terminó en un pase para Keno, quien desbordó a Fabra y mandó un centro atrás para la aparición de Cano que con su remate abrió el marcador.
En el segundo tiempo Boca tuvo otra actitud ante un rival que empezaba a sentir el cansancio de varios de sus jugadores más experimentados como Felipe Melo, Ganso y Marcelo, todos reemplazados. El partido transitaba entre la falta de claridad de uno y la tranquilidad del otro para salir jugando y mantener su ventaja.
Pero a los 27 minutos el peruano Advincula hizo su clásica diagonal de la derecha hacia el centro para conectar un remate cruzado y fuerte desde 25 metros que se convirtió en el 1-1.
Fue un renacer inesperado para el equipo argentino que apoyado por su gente trató de darle el golpe de gracia al «Tricolor».
Sobre la hora Barbosa por izquierda tuvo el triunfo pero remató cruzado y desviado cara a cara con «Chiquito» Romero.
En el suplementario, el golazo de Kennedy puso justicia y le dio a la final una tendencia definitiva, pese a los intentos de Boca en los últimos 15 minutos, ya 10 contra 10 por la irresponsabilidad de Fabra.
Con su rival completamente replegado, Boca buscó con vergüenza llegar a los penales pero no encontró resquicio para rematar al arco y la historia terminó con la misma frustración de 2012 ante Corinthians y 2018 frente a River en Madrid.
El silencio de sus más de 30.000 mil hinchas presentes en el Maracaná quizás haya sido el mejor resumen de lo que transmitió Boca en la final.
LA MALDICIÓN DE LA «SÉPTIMA» PARA BOCA QUE NO FUE
Boca Juniors concretó este sábado el tercer intento frustrado de alzarse con la ansiada séptima Copa Libertadores de su historia, tal como sucedió en 2012 y 2018, lo que le impidió alcanzar a Independiente como el club más ganador de la historia del torneo.
Boca lleva 16 años esperando la ansiada «Séptima» desde su última coronación ante Gremio de Brasil, en una serie final con un marcador global de 5-0, en el que Juan Román Riquelme se anotó con tres tantos: uno en la ida (3-0), de local, y dos en la revancha (2-0), de visitante.
En la última Libertadores de Román, en 2012, Boca perdió la primera final de la mala racha vigente ante Corinthians, otro equipo brasileño que hasta ese momento no tenía la condición de campeón de América.
Seis años después se produjo el antecedente más doloroso para el mundo boquense con la derrota en la histórica definición ante River Plate en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.
Y esta tarde en el Maracaná, con el apoyo de más de 30.000 hinchas, el equipo de Jorge Almirón tampoco alcanzó el objetivo, luego de ser superado en diversos pasajes por Fluminense.
Riquelme, ya en función dirigencial, sufrió una nueva desilusión, del mismo modo que Almirón, quien perdió su segunda final personal tras caer con Lanús ante Gremio en 2017.