El pediatra Gustavo Díaz explicó que todos los años aparecen este tipo de cuadros, sobre todo en los cambios de estación, aunque en el 80% de los casos se trata de virus y no bacterias como el streptococcus.
Tras la creciente aparición de casos de faringoamigdalitis, el Dr. Gustavo Díaz, especialista en pediatría, trajo luz y tranquilidad al respecto, buscando a través de la toma de conciencia evitar momentos de desesperación.
Al respecto afirmó que “es una patología que la tenemos todo el año. Siempre afecta el cambio estacional. Es una patología sumamente frecuente. Genera la escarlatina entre otras. Es una bacteria, por lo que el 20% de las faringoamigdalitis son producidas por el streptococcus. El resto son virales, más en esta época”.
Sobre las primeras características enfatizó en que “los pediatras siempre decimos que afecta al rango que va de los 2 a los 15 años, aunque no escapa a los adultos. Puede empezar en niños y luego pasar a los adultos”.
Dándole un marco a lo que ocurre, afirmó que “uno trata de tomar conciencia y no generar angustia ni desesperación. Es una patología frecuente aunque este año nos encontramos con un número mayor. Esto tiene tratamiento y se trata con antibiótico”.
Al mismo tiempo admitió que “en los tiempos que corren ahora hay uso y abuso de antibióticos, motivo por el cual es una de las causas por las cuales esta bacteria se torna resistencia. Primero por un uso inapropiado, ya que el 80% de los casos son virales y se medican sin razón”.
Sobre cuáles son los síntomas que aparecen, explicó que “generalmente el comienzo es brusco, con fiebre muy elevada, dolor de cabeza, la garganta inflamada y a medida que pasan las horas se inflaman los ganglios. Cuesta tragar. Algunos chicos tienen náuseas. Pero una de las características es que no se asocia a cuadros gripales”.
Por último recalcó que “es importante la consulta al médico, el tratamiento adecuado, la no automedicación de los chicos con los medicamentos de uso común. Hay que esperar que el tratamiento lo imparta el profesional. Es importante saber de qué se trata. Raramente afecta a niños menores de dos años”.