La cartera de Ciencia y Tecnología, el Conicet, la Universidad Jauretche y el Hospital el Cruce, presentaron la empresa nacional de base tecnológica. Del acto participó el ministro Filmus, quien destacó la «importancia de que el Estado apoye este tipo de iniciativas» para ampliar la democracia y el acceso «al derecho de la salud».
Presentación de Cannabis Conicet
El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, presentó este martes la creación de la empresa nacional de base tecnológica «Cannabis Conicet» y destacó “la importancia de que el Estado apoye este tipo de iniciativas, para que democráticamente se pueda acceder al derecho de la salud», junto a autoridades del Conicet, la Universidad Nacional Arturo Jauretche y el Hospital El Cruce, los otros participantes del emprendimiento que ofrece servicios para garantizar la calidad de semillas, mejoramiento de cultivos, análisis de productos con cannabinoides y ensayos clínicos en humanos.
«Junto a las autoridades del Conicet, la Universidad Jauretche y el Hospital el Cruce estamos presentando la empresa Cannabis Conicet, que se encarga del desarrollo tecnológico para permitir la democratización de la producción, distribución y acceso al cannabis y la industria del cáñamo», dijo Filmus este martes a Télam, antes de comenzar su discurso desde el auditorio de la Universidad, en la localidad bonaerense de Florencio Varela.
Filmus subrayó “la importancia de que el Estado apoye este tipo de iniciativas, para que democráticamente se pueda acceder al derecho de la salud. El mercado no resuelve este tipo de cuestiones, sino el Estado a través de todos los organismos involucrados”, dijo, y agregó que esto “tiene que ver con una lucha de la sociedad civil y de las organizaciones. No hay posibilidad de crecimiento sin soberanía, y hoy se constituye en base al desarrollo científico tecnológico. No hay ningún país con desarrollo pujante que no haya apostado a la ciencia y la tecnología», explicó el ministro.
Por último, el ministro remarcó la importancia que tuvieron las investigaciones de la doctora Silvia Kocher, quien junto Gregorio Bigatti y Esteban Colman Lerner son los coordinadores científicos de la nueva empresa Cannabis Conicet.
ARGENTINA CUENTA CON DOS LEYES PARA REGULAR CANNABIS MEDICINAL
Mas de cincuenta países en el mundo avanzaron en algún tipo de legalización del cannabis en su uso industrial o medicinal, cuyos referentes son Israel, Canadá y Estados Unidos, mientras que a nivel regional, Uruguay y Colombia son los pioneros, y Argentina ya cuenta con dos leyes para su regulación, la primera sancionada en el año 2017, además de la empresa Cannabis Conicet.
Un informe presentado en mayo de 2022 por el Ministerio de Desarrollo Productivo, indicó que en la actualidad son más de cincuenta los países que avanzaron en la regulación para legalizar el cannabis de uso industrial o medicinal.
A nivel global, «Israel, Canadá y Estados Unidos se posicionan como referentes, y en la región, Uruguay y Colombia, fueron los países que primero avanzaron en modificar sus legislaciones», indicó el documento.
En el año 2000, se precisó que la producción global de cannabis medicinal era tan sólo de 1.400 kilos, mientras que en el 2019 alcanzó los 468 mil kilos.
Las proyecciones, para el 2024, «indican que el valor de la producción global alcanzaría los 42.700 millones de dólares, multiplicando por 14 veces el valor de hace diez años atrás.
En Argentina, la ley 27.350 de Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus derivados fue sancionada el 29 de marzo del 2017, donde se estableció un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo de la planta de cannabis y sus derivados.
Más recientemente, la ley 27.699 sancionada este año, detalló el marco regulatorio para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial, «abarcando la cadena de producción y comercialización nacional o con fines de exportación de la planta de cannabis, sus semillas y sus productos derivados afectados al uso medicinal, incluyendo la investigación científica y el uso industrial, promoviendo así el desarrollo nacional de la cadena productiva sectorial».
«Silvia Kocher estuvo a cargo de la creación de la red federal de investigadores de Cannabis, denominada Red Argentina de Cannabis del Conicet (Racme), a través de la que se crea esta nueva empresa. Queremos transferir esa tecnología, capacitar y generar nuestra propia posibilidad de estudio respecto de la semilla, la producción y la distribución para poder llegar a todos y todas», agregó Filmus.
Kocher, por su parte, especificó que a través de la Racme y Cannabis Conicet «ya estamos en condiciones y brindamos servicios de distribución de semillas registradas en el Instituto Nacional de la Semilla (Inase), del Conicet lo que nos va a permitir para tener trazabilidad (seguimiento de proceso de la semilla)».
«Además podemos dar soporte para investigaciones de ensayos clínicos en humanos con distintas patologías y ofrecer servicios de control de calidad de productos que tengan cannabinoides y derivados, para que cuando la gente decida utilizarlos, tenga control de calidad», apuntó la científica. Asimismo, se encuentran trabajando en la capacitación a la comunidad, profesionales e investigadores.
Estos servicios ya se están ofreciendo y apuntan a colaborar en microemprendimientos, cooperativas, pymes y empresas y a las personas que realizan autocultivo, a través de «control de calidad del producto, adquisición y registro de semillas para que sepan la genética de la planta, lo cual es un gran desafío en el mundo, no solamente en la Argentina y posiciona al país en un lugar de liderazgo».
#CannabisCONICET consolida las experiencias, el conocimiento acumulado y las capacidades de investigación, desarrollo e innovación de los investigadores/as del @CONICETDialoga y sus instituciones asociadas en torno al cannabis medicinal y el cáñamo industrial.#CienciaArgentina pic.twitter.com/Xcj4ayIo5Q
— Daniel Filmus (@FilmusDaniel) October 11, 2022
«En el mundo, en los países más avanzados, el cannabis no aparece como un producto de uso medicinal y la gente solo lo puede adquirir si tiene recursos económicos; acá vamos a tener controles de calidad, con capacitación y va a poder ser utilizado como otros medicamentos y lo cubre su obra social o el Estado», añadió.
Otra línea de desarrollo que tiene la empresa Cannabis Conicet es la del cáñamo industrial, donde contribuirán en garantizar la genética de semillas y la planta que se utiliza, además de controles de calidad.
En coincidencia con Kocher y Filmus, la titular del Conicet, Ana Franchi, manifestó su alegría por la creación de la empresa y la garantía de salud que ofrece el Estado, además de remarcar la importancia del desarrollo del cáñamo.
«Es una gran puerta donde el Ministerio de Ciencia abrió subsidios para investigaciones sobre cannabis y cáñamo, porque es una planta que también sirve para la remediación de suelos. Puede reemplazar al plástico, con la diferencia de que es biodegradable y nos abre grandes posibilidades», apuntó.
En tanto, el rector de la Universidad Jauretche, Arnaldo Medina, recordó que investigadores de esa institución son parte de la Racme, lo que colaboró mucho en «promover el marco regulatorio, la formación de recursos humanos y propiciar la investigación, y aportar recursos humanos en neurociencias, bioquímicos y ciencias agrarias. Hasta venimos trabajando con una chacra experimental en El Pato, con el municipio de Berazategui».
Además de implementar la segunda diplomatura en Cannabis y sus usos medicinales, se realizan capacitaciones al ámbito académico, industrial, organizaciones comunitarias, organismos públicos y las diversas jurisdicciones.
Y desde el Hospital El Cruce, quien fue representado por su titular, Ariel Sáez de Guinoa, se realizarán estudios observacionales del uso terapéutico del cannabis medicinal «para contar con la evidencia sobre la eficacia, efectos adversos, dosis, y otros aspectos que involucran el uso del cannabis en salud».
Durante el lanzamiento, el Conicet, la UNAJ y el Hospital El Cruce también firmaron un convenio de colaboración que tiene como fin regular las actividades de cooperación en materia de vinculación tecnológica y servicios a terceros relacionados con el cultivo y la industrialización del cannabis y el cáñamo industrial.