Se trata de un grupo de patologías causadas por virus, bacterias, parásitos y hongos, entre otros patógenos, y afectan principalmente a personas de países en desarrollo
Las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) son un grupo heterogéneo de 20 patologías prevalentes, principalmente, en áreas tropicales, que afectan a más de mil millones de personas pertenecientes a comunidades empobrecidas en todo el mundo.
Causadas por diversos agentes patógenos, como virus, bacterias, parásitos, hongos y toxinas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el 30 de enero como el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas para concientizar sobre las consecuencias devastadoras que éstas generan en el ámbito social, económico y de salud a nivel global.
De las ETD que lista la OMS, muchas de ellas se encuentran presentes en Argentina.
“Las enfermedades tropicales negligenciadas u olvidadas tienen un máximo de expresión, por morbilidad, mortalidad, incidencia y prevalencia, en los trópicos y subtrópicos, pero en muchas partes del mundo se derraman sobre las regiones templadas”, analizó el médico infectólogo tropicalista, ex Jefe de Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital Muñiz y miembro del Comité Científico de la Fundación Mundo Sano, Tomás Orduna, para quien “pese a que hace unos 25 años comenzó a hablarse de este grupo de enfermedades, para muchas de ellas no se han tenido avances para combatirlas, en términos de métodos de prevención o tratamientos”.
Bien sabidas son las consecuencias del cambio climático en lo que estrictamente al clima se refiere: las olas de calor y de frío, los deshielos y los incendios forestales producto del calentamiento global son moneda corriente en todo el mundo.
Sin embargo, ahora los expertos alertan acerca de que los efectos ya no sólo se limitarán a los fenómenos extremos sino que, además, se producirá un agravamiento en más de la mitad de las enfermedades patógenas humanas conocidas hasta el momento, entre ellas muchas de las llamadas “tropicales desatendidas”.
Cuáles son las cinco que preocupan en Argentina
- Dengue
Si bien desde noviembre del año pasado se encuentra disponible en Argentina la vacuna tetravalente contra el dengue, que está indicada para personas a partir de los cuatro años, de acuerdo con el Boletín Epidemiológico Nacional del Ministerio de Salud, en 2023 se registraron en el país 139.946 casos de dengue y en 18 provincias hubo casos autóctonos.
“Junto con la movilidad global y la urbanización, el cambio climático es el mayor responsable del aumento de las infecciones de dengue”, señaló un reciente reporte publicado en The Lancet.
Al respecto, Orduna señaló que entre las “dos últimas semanas del 2023 y las dos primeras del 2024, ya hay en Argentina 11.000 casos de dengue en el noroeste, casi la mitad de ellos en Chaco y el resto distribuido entre Formosa, Corrientes y Misiones”.
Y tras agregar que “no hay tratamientos farmacológicos contra el dengue, lo cual es un nicho que debe ser investigado”, explicó que a los pacientes que tienen esta enfermedad y presentan síntomas, sólo se les pueden dar “medidas de soporte”.
- Chikungunya
Argentina y toda la región de las Américas no sólo ha sido golpeada dramáticamente por el dengue. Otro patógeno, que también se transmite por la picaduras de hembras de mosquitos de la especie Aedes aegypti, se ha expandido territorialmente: el virus que causa la fiebre chikungunya.
Según explicó en un reciente artículo el doctor William de Souza, de la Universidad de Kentucky, en los Estados Unidos, el cambio climático también influyó en que haya más áreas con presencia de los mosquitos que pueden transmitir el virus.
“La epidemia en la Argentina, como en el resto de América, probablemente ocurrió porque los viajeros infectados que regresaban a casa iniciaron brotes al transmitir el virus a personas susceptibles. Además, el aumento de las temperaturas debido al cambio climático, como el del año pasado, puede crear condiciones aún más adecuadas para los vectores y la transmisión viral”, remarcó el científico.
- Enfermedad de Chagas
Se trata de una patología presente en Argentina, principalmente en zonas rurales. La vinchuca, insecto transmisor de la enfermedad, encuentra en las viviendas precarias un ámbito que facilita su desarrollo.
“Asociada a la pobreza extrema y endémica en 21 países de América Latina, la enfermedad de Chagas afecta aproximadamente a 8 millones de personas en el mundo, de las cuales 1,2 millones son mujeres en edad fértil”, indican desde la Fundación Mundo Sano. Según la OMS, más del 95% de ellos desconocen su estado.
En el país existen alrededor de 1.500.000 habitantes crónicamente infectados. Además, existen 7 millones de personas en riesgo de estarlo y se estima que 1300 bebés nacen con la enfermedad anualmente.
Y si bien una persona puede contagiarse en cualquier momento, el grupo de mayor riesgo es el de niños menores de 10 años que habitan en zonas no tratadas con insecticidas. “También resulta preocupante que muchas provincias con presencia histórica del vector tengan porcentajes bajos de estudios a las mujeres gestantes”, había advertido a Infobae la doctora Cristina Freuler (MN 58098), Jefa del Departamento de Medicina Interna, Hospital Alemán.
- Lepra
Es otra de las ETD presentes en Argentina. Se trata de una de las enfermedades infecciosas más antiguas, y si bien existe un tratamiento efectivo que mata a la bacteria que causa la infección, cura al paciente y detiene la transmisión, más de 174.000 personas en el mundo fueron diagnosticadas con la infección causada por la bacteria Mycobacterium leprae o Bacilo de Hansen, durante 2022.
Según el último reporte anual de la OMS, dentro de ese total, más de 21.000 residen en América. Esa cifra de 2022 implicó un aumento del 23,8% de los casos en relación al año anterior. Significa que hay 21 casos de lepra por cada millón de habitantes en el mundo.
En la Argentina, durante 2021, se registraron 357 personas en tratamiento por lepra, de los cuales 143 casos eran nuevos, representando una tasa de detección de 0,07 por 10.000 habitantes. Con estos datos se alcanzó la meta de eliminación a nivel nacional (menos de 1 caso por 10 mil habitantes).
Sin embargo, aún existen bolsones epidemiológicos en los que esa meta no se alcanza todos los años. “Tenemos áreas endémicas donde es menester el trabajo activo de búsqueda de pacientes para detectar casos de lepra y ofrecer tratamiento para la misma, principalmente en el Nordeste: Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones, porque la lepra se cura”, afirmó Orduna.
- Rabia
La enfermedad vírica prevenible que se transmite al ser humano por la mordedura de un animal infectado, por lo general un perro, “es mortal una vez que aparecen los síntomas”, según Orduna.
Y pese a que se conocía desde la Antigüedad, aún existe y causa 59.000 muertes de seres humanos al año en más de 150 países. Aunque por falta de notificación y la incertidumbre de las estimaciones, la OMS reconoce que esa cifra puede estar muy por debajo de la realidad.
En América Latina hubo 17 muertes por rabia entre el año pasado y los meses transcurridos en 2023, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Pero hay esperanza en que la situación podría mejorar.
Un conjunto de organismos internacionales como OMS, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Alianza Global para el Control de la Rabia han unido sus fuerzas y persiguen la meta de llevar a cero los casos de rabia en humanos provocados por mordeduras de perros para el año 2030.
“En Argentina, tenemos controlado el tema rabia -aseguró Orduna-. La eliminamos en perros y gatos en el país. El problema hoy es una rabia de difícil control, que está asociada a los murciélagos, ya que el 3% de estos animales portan virus rábico”.
Fuente InfoBae