Con el avance del dengue en América Latina, una técnica de científicos argentinos alcanzó repercusión internacional. Tal como adelantó Infobae, expertos de la CNEA trabajan con radiación gamma para esterilizar machos del insecto y reducir la población del vector. Mendoza también cuenta con un trabajo similar-
Argentina está batiendo un triste récord en 2023: alcanzó su pico histórico de casos de dengue con 71.717 casos registrados hasta el momento, según el último informe del Ministerio de Salud de la Nación. Además, murieron 53 personas a causa de la enfermedad viral cuyo vector es el mosquito del género Aedes, especialmente el Aedes aegypti.
La principal estrategia para evitar la propagación de la enfermedad es hasta ahora la concientización de la población para que elimine todo recipiente con agua que pueda albergar las larvas del insecto vector. En tanto que la fumigación sólo sirve para combatir a los mosquitos adultos.
Ante la fuerte propagación que se produjo esta temporada —y el problema de salud pública que esto significa—, las técnicas en las que vienen trabajando científicos de Argentina y de otras partes del mundo para hacer que los mosquitos se vuelvan estériles podría ser una alternativa para evitar casos de dengue.
El concepto de la técnica del insecto estéril fue del entomólogo estadounidense Edward F. Knipling. Se utilizó por primera vez para el control de la población del gusano barrenador del ganado en la década de 1950. Desde entonces, se la usó como parte del manejo para contener, prevenir e incluso erradicar localmente poblaciones de insectos plaga y vectores de enfermedades.
El estudio experimental comenzó en 2016 en la Comisión Nacional de Energía Atómica tras la identificación de los ejemplares en zonas antiguamente sin presencia de este mosquito (Reuters)
En la Argentina, se la viene usando para el control de la mosca de la fruta en islas ecológicas, como los oasis productivos de Mendoza y San Juan. Desde 2016, en la Comisión Nacional de Energía Atómica de la Argentina (CNEA), se investiga el uso de la técnica del insecto estéril contra los mosquitos.
“Nuestro proyecto se lleva a cabo con la idea de llegar a liberar mosquitos machos estériles en un territorio para que compitan con los machos fértiles. De esa manera, se podría reducir la población de mosquitos que transmiten tanto el virus del dengue como del Zika y el chikunguña”, había explicado a Infobae la bióloga Mariana Malter Terrada, jefa del departamento de Aplicaciones Agropecuarias de la CNEA.
El plan de ese grupo de investigación es criar mosquitos en el laboratorio, seleccionar solo a los mosquitos machos, y luego esterilizarlos con radiación Gamma. Si se liberaran en un sitio, esos mosquitos copularían con hembras salvajes y no producirían descendencia. “Con cada liberación de mosquitos estériles, podría reducir un 10% la población de los mosquitos salvajes”, estimó Malter Terrada.
La bióloga Marianela García Alba y otros colegas del Centro Atómico Ezeiza trabajaron en la liberación de los 4.328 mosquitos machos. Se logró un nivel de esterilidad del 99% durante el estado de pupa del mosquito, y luego fueron marcados con un polvo fluorescente. Luego, esos mosquitos fueron recapturados en 23 trampas durante 15 días. “Se esterilizan mediante el uso de energías ionizantes y estos machos estériles al ser liberados al campo y al encontrarse con una hembra salvaje la descendencia producida no es viable”, explicó García Alba. “De esta manera, mediante liberaciones sucesivas de estos machos, logramos reducir la población de nuestro mosquito vector”, agregó.
“La experiencia nos sirvió para tener datos sobre la distancia de dispersión de los mosquitos y para confirmar que tienen la misma expectativa de vida que los insectos a los cuales no se les aplica la irradiación”, señaló la científica Malter Terrada. Los biólogos de la CNEA están esterilizando 10.000 machos por semana y pretenden aumentar el número a 500.000. Esperan liberar el primer lote de machos esterilizados en noviembre. “Para llevar a cabo una prueba piloto se necesita la autorización de los municipios y que se haga una campaña de comunicación con la sociedad para que no se generen mitos ni alarmas innecesarias”, comentó Malter Terrada.
“La técnica del insecto estéril no se plantea como la única alternativa para el control de los mosquitos. Consideramos que debe ser un complemento del descacharrado que las personas deben realizar para eliminar los criaderos de mosquitos en sus hogares y zonas cercanas”, afirmó la investigadora de CNEA.
Sylvia Fischer, del Grupo de Estudio de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y del Conicet, advirtió el riesgo de que la implementación de la técnica erosione la posibilidad de que se realice una estrategia efectiva de prevención que permita trabajar sobre el conocimiento y las actitudes para que las personas puedan cambiar sus comportamiento para que eliminen los criaderos de mosquitos en sus hogares. “Las personas podrían creer que con la técnica ya basta y que ellas no tienen nada que hacer para la prevención del dengue”, señaló. “Las poblaciones de mosquitos han estado aumentando en ciudades como Buenos Aires. Es clave que se considere al control de las poblaciones como una prioridad de la sociedad, pero la técnica del insecto estéril no debería considerarse como la solución al problema”, resumió.
La experiencia de Mendoza
Quienes también levantaron la mano para sumarse a la lucha contra el dengue, fueron los expertos del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (ISCAMEN), quienes —como se mencionó— ya lograron importantes resultados en su lucha contra las Moscas de los Frutos en Mendoza mediante la Técnica de Insecto Estéril (TIE). Este método se trata de un control biológico que propone la utilización de insectos para controlar su propia población.
Para explicarlo de forma sencilla, esta técnica “consiste en la cría masiva de insectos de una especie a los que se esteriliza para luego ser liberados en la naturaleza y en gran número”.Los elegidos son los machos, quienes tras ser esterilizados compiten para aparearse con las hembras silvestres de su especie. De este modo, advierten los expertos de ISCAMEN, “se produce una reducción de la fertilidad de la población natural, disminuyendo así la cantidad de la misma, hasta provocar incluso su desaparición o erradicación”.
Ese fue el inicio de un camino y proceso que, según indicó a Infobae Mariel Vanin, Secretaria Técnica de ISCAMEN, ya se encuentra aceitado y a la espera de un mayor crecimiento. “Desde 2017, aproximadamente, nosotros venimos trabajando a nivel de laboratorio, con las crías, ajustando las dietas y evaluando la dosis de radiación, para que sea el punto justo. Es que, cuando es muy elevado dejan de ser competitivos y tienen que competir por la hembra. A fin de cuentas, todos estos ajusten llevan tiempo”, relató la experta.
“Ya terminamos una primera etapa y ya nos aprobaron la segunda, que estamos empezando también”, dijo a este medio en abril último. “Ahora, comenzamos con el sistema de liberación y empaque de los mosquitos para que, a los que producimos acá, si los queremos liberar en Chaco, tengamos la técnica de embalaje y transporte para poder enviarlos. Acá, en Mendoza, algunas liberaciones a nivel piloto ya hicimos. Tenemos los parámetros ajustados a la escala de laboratorio y nos estamos preparando para poder llevarlo a otra escala en el momento en que sea necesario”, adelantó la experta.
Fuente iNFOBAE