Frente al saqueo del patrimonio nacional, al despojo de los derechos de las mayorías y al avasallamiento de la constitución.
Un enfoque equivocado y delirante ha hecho creer al actual gobierno de la Nación, que el triunfo electoral en el ballotage lo habilita a vulnerar la Constitución y cambiar por decreto el orden jurídico y de convivencia de nuestro pueblo.
Un DNU absolutamente antidemocrático que nos desprotege frente al poder concentrado y un proyecto de ley que propone sentar “Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos” y exige para ello la suma del poder público, nos colocan en un estado de excepción propio de las dictaduras.
No hay es estos documentos ni una sola propuesta que no perjudique a las familias, a las mujeres y disidencias, a las niñeces y la ancianidad; a las pequeñas y medianas empresas y a la/os trabajadora/es registrada/os y no registrada/os; a la tierra, al medio ambiente y a los pueblos originarios, a la cultura, la educación, la salud y, en suma, a la soberanía nacional toda.
Si estas medidas se aprueban y efectivamente se implementan, se consumará el mayor traspaso del esfuerzo y de los bienes desde las mayorías populares hacia los grupos económicos dominantes, generando así más pobreza, más desigualdad, más desamparo.
En esta hora histórica, la patria nos necesita unida/os en la defensa de nuestros derechos, en la decisión de poner freno a las políticas que nos empobrecen y nos excluyen y en la urgencia con que debemos conformar la multisectorial de la comarca para garantizar la más amplia participación y la conducción democrática de la resistencia.
El 24 de enero nuestra cita con la lucha es ineludible. ¡LA PATRIA NO SE VENDE