Buenas noches a todos! De ante mano quiero aclarar que no suelo hacer estas cosas, pero creo que estás experiencias, malas, lamentablemente, hay que compartirlas para que no le pasen a alguien más.
Porque vivimos callando y las cosas siguen pasando… Y con el tema salud no se jode.
Ayer a las 9:30hs, llego al consultorio odontológico del señor Sebastián Manghi, acompañada por mí mamá. Fui por una extracción de muela, me siento en la sala de espera ya que adentro se encontraba una señora, quien a los minutos de estar esperando, escucho el torno a pleno y la misma gritando diciéndole a este señor «me duele, me duele, me duele»… Y gritando, si, literalmente gritando.
El odontólogo en cuestión le dice a la persona que la estaba esperando a esta señora, «cerrale la puerta que se me va a escapar» (entre risas) y el torno continuaba encendido, lo que indicaba que no se detenía ante el pedido de la paciente. Ya de por si imaginen mí sensación de querer escapar de ahí de manera abrupta, pero me dije no todos tenemos la misma resistencia al dolor y al miedo de estar en un sillón de odontología.
Finaliza, la señora sale con los ojos explotados de haber soportado el dolor.
Sale «el profesional», ingreso, me siento en el sillón, le explico lo que con anterioridad le había expresado vía WhatsApp. Y comienza el procedimiento terrorífico…. Me aplica la anestesia, y de manera inmediata con una mano deja la jeringa y con la otra toma la pinza para iniciar la extracción de la pieza molar… Le menciono que me duele porque era imposible que la anestesia haga efecto instantáneamente (quienes ya hemos visitado por diferentes tratamientos con otros PROFESIONALES, sabemos que la anestesia se aplica, se aguarda y luego se procede constatando que la misma allá hecho efecto).
Me cuestiona, «como que te duele?, Imposible».
Le afirmo que si, que no siento ni siquiera la comesura del labio adormecida…me pone más anestesia… Y reiteradamente vuelve a hacer el mismo procedimiento, pero esta vez, sin detenerse… Empiezo a gritar, no podía soportar el dolor ya que la extracción estaba siendo prácticamente sin anestesia. Me refuerzo en el sillón, le pido por favor que se detenga, le agarro la muñeca con la que estaba trabajando, con mis dos manos… Y así y todo continúo, haciendo caso omiso a mí pedido … «Aguanta aguanta que ya casi la saco, ya va ya va»… Mí madre quien estaba en sala de espera, escuchaba mis gritos.
Termina el proceso de terror y continúa de manera impetuosa a referirme que esté tipo de infecciones matan a las personas, que ha caido gente internada por algo así… Que si tengo antecedentes cardíacos mucho más peligroso, etc… Cosa que creo fuera de lugar, ya que no iba al caso, no de esa manera. Menos luego de haber pasado por semejante situación compleja y de dolor.
Más allá de haber abonado la consulta, por la cual tampoco me extendió una factura, cosa que debería, más allá de que uno viva en un pueblo pequeño, creo que nos merecemos tener profesionales de calidad. Sean pagos o de carácter municipal, no importa. Pero la salud es un derecho y este tipo de situaciones no hay que dejarlas pasar, porque si queremos un cambio, el cambio está en esto, en hacer público cuando nos maltratan, incluso profesionales de la salud. Comparto mí experiencia, la cual no solo la he sufrido yo, sino varias personas por lo que me entero ahora. De más está decir que jamás voy a volver a ese consultorio con este «profesional» , el cual debería ser sometido. A mí humilde entender, a una revisión del colegio de odontólogos porque como dije en un principio, con la salud no se jode.
Hace dos días estoy tomando medicación para aliviar el dolor , que fue más allá de una extracción típica, y si antes le temía al dentista, hoy entiendo el porque del fundamento de ese miedo. Disculpas a todos si hago pública está situación.
Muchas gracias.