Luego de la publicación de un video por parte del medio bahiense La Brújula 24, en el que se daba cuenta la situación vivida en el ingreso a la Escuela Secundaria Nº 3 entre los alumnos y la directora del establecimiento, Susana Marcolini, luego de que los adolescentes celebraran el “Último primer día” de clases, la docente se expresó al respecto.
“Después de tantos años y con tanta vida institucional una escuela, pasar a los medios por estas cosas está marcando que algo no está bien. Hacemos muchísimas cosas muy buenas que no trascienden y eso es una pena”, comenzó diciendo.
“El ‘Último primer día’ es el traslado de una costumbre que se está generalizando, podamos estar de acuerdo o no en la forma. En la escuela no pasó nada que no sea lo que se vio; el encuentro de chicos que venían muy divertidos, con los que tuvimos una conversación en la puerta del establecimiento escuela; yo marqué las pautas del colegio: en esas condiciones no podían entrar y les dijimos que preferíamos que fueran a sus casas, descansaran y al otro día iniciáramos las actividades con ese grupo”, relató.
En ese marco, sostuvo que “si hubieran estado contenidos adentro de la escuela teníamos que llamar a los padres para que los retiraran, pero no habían entrado, estábamos en la puerta”.
“Lo del video y la noticia es anecdótico, lo importante es que nos situemos en qué están diciendo los chicos cuando hacen esto, qué nos están mostrando y qué le demandan a la escuela”, manifestó.
“Nosotros somos responsables en la medida que nos toca, porque se trata de chicos que son de la comunidad, que están entre nosotros desde hace muchos años; de manera tal que el tema de quién tiene la culpa a nosotros nos interesa”, afirmó.
Marcolini consideró que “lo más interesante es ver la capacidad de reflexión que tienen los chicos, cómo hoy están arrepentidos y mal con el hecho que algo de consumo interno haya tenido una proyección en los medios”.
“Hay muchísimo para sacar de bueno en todo caso en estas cosas –continuó- no es una cuestión sencilla echarle la culpa a alguien. Tenemos que aprender a conducirnos de otra forma en función de lo que está sucediendo, porque los chicos nos están demandando otras cosas, no podemos hacernos los distraídos y decir que hay una culpa depositada afuera y que siga toda igual. La lógica pedagógica la tenemos nosotros y pretendemos seguir manejándola”.
Destacó “el diálogo de hoy, en donde los chicos te abrazan y te dicen ‘perdoname Susana, nos equivocamos, queremos resarcirnos de esto’, para mí, como directora, es absolutamente más importante que cualquier otra cosa”.
“Deberemos aprovechar estas energías y este aprendizaje que nos dio este capítulo para ver que algo cambie, cómo podemos romper la barrera de todos los días de lo que estamos acostumbrados a hacer y a decir por qué no funciona, porque nuestros chicos están demandando otras cosas, no soluciones fáciles para problemas difíciles”, concluyó.
Por su parte, Vico Fratini, director de la Unidad Académica, establecimiento al que pertenece la EES Nº 3, sostuvo: “uno lo que hace es tratar de ponerse a reflexionar sobre lo que pasa. Acá hay dos cuestiones: una, lo que efectivamente ocurrió, y la otra es que esto se viraliza en lo que no tenemos que confundir la dimensión del hecho real que ocurrió y lo que nosotros podemos hacer con ese hecho en términos pedagógicos”.
“La dimensión mediática que toma para nosotros, como escuela, no es un insumo de trabajo interno. Hoy, con los chicos arrepentidos, diciendo que no pensaron que iba a ser así, que le trajeron un problema a Susana y a la institución, se nos abre una puerta de qué nos están diciendo y que es lo que podemos hacer nosotros con ellos, aunque no solo somos nosotros los que tenemos que hacer, los adultos también se tienen que poner a trabajar juntos frente a estas cosas”, consideró.
Con estas cosas “hay un sentido de pertenencia con la escuela, pasan todos los días muchísimas cosas que son educativas y ante situaciones como ésta eso también entra en valor, los mismos chicos se dan cuenta el valor que tiene una institución educativa”.
“Somos una comunidad pequeña, o sea que estas cosas nos tienen que servir como indicadores para ver cómo intervenir para que esto no se vuelva a naturalizar, en la medida que dialoguemos entre distintos actores tenemos más chances de que el año que viene (lo del Último primer día) no lo hagan”, cerró.