JxC no pudo derogarla pero impuso su proyecto que reduce los contratos de tres a dos años y permite ajustes cada cuatro meses. La negociación con los bloques del medio y los libertarios, la chicharra y el oficialismo. «Es cierto que es un problema, pero tenemos la obligación de resguardar al más débil», dijo el diputado Germán Martínez (FdT).
Faltaban pocos minutos para las 12 y en JxC todavía hacían cuentas: tenían a todo el interbloque asegurado, excepto uno -el radical Gerardo Cipolini, que estaba de viaje en Italia- y la promesa de que los tres libertarios comparecerían, además de los rionegrinos. Había dudas respecto del Interbloque Federal, que se había comprometido a acompañar pero que, hasta último momento, tensionó. Sonó la chicharra convocando a la sesión al mediodía, entraron los diputados cambiemitas y comenzó la lenta espera. Primero entraron los diputados del bloque Ser, el riojano Felipe Álvarez y el gobernador electo de Santa Cruz, Claudio Vidal. Después ingresaron los rionegrinos de Provincias Unidas, Agustín Domingo y Luis Di Giácomo, aliados habituales del oficialismo que, sin embargo, venían impulsando el dictamen de minoría de la oposición. Cuando faltaban sólo cinco minutos para que venciera el plazo, entraron el «Topo» Rodríguez, titular del Interbloque Federal, y el cordobés Carlos Gutiérrez. Ahí fue cuando ingresó Javier Milei, acompañado de Luciano Laspina, y las otras dos diputadas libertarias, Victoria Villarruel y Carolina Píparo.
Estaba por terminar el tiempo, Silvia Lospennato había pedido una prórroga de 15 minutos y, ahí sí, ingresaron los dos diputados del socialismoque faltaban para llegar al quórum de 129. JxC aplaudió y la presidenta de la Cámara, Cecilia Moreau, aprovechó para mandarlos al frente: «Diputada Fein, diputado Estévez tomen asiento», resaltó, sabedora de que el socialismo era quien más pegas le ponía al dictamen de minoría. Quienes no terminaron compareciendo fueron los dos misioneros de Provincias Unidas, además de la izquierda y el Frente de Todos. Tampoco dieron quórum Graciela Camaño y Florencio Randazzo, aunque la primera fue la encargada de defender el dictamen de minoría.
El verdadero objetivo de JxC, sin embargo, era salir de la sesión dejando establecido que habían intentado derogar la ley, más que modificarla. Por eso antes de comenzar a tratar los dictámenes se buscó discutir sobre tablas todos los proyectos de derogación propuestos hasta entonces. Se necesitaban los dos tercios de la Cámara, por lo que con 124 votos a favor y 110 en contra, fue rechazado.
Las dos reformas de la Ley de Alquileres
«Nosotros venimos alejados de todo tipo de mezquindad electoralista que prima en muchos sectores y alejados de querer simplificar un problema que tiene muchas aristas. Es muy fácil echarle la culpa a una normativa por la situación que se está viviendo», comenzó el presidente de bloque oficialista, Germán Martínez, encargado de defender el dictamen de mayoría del oficialismo. La propuesta sostenía la base de la Ley de Alquileres –3 años de contrato, actualización anual– y sumaba una serie de beneficios fiscales para propietarios -como exención de Ganancias- y otros tanto beneficios para inquilinos, como la obligación de que los contratos estén en pesos o que el depósito de la garantía pueda hacerse en seis cuotas.
«No solo hay que esquivar lugares sencillos, sino tener en claro cuál es el sujeto social que venimos a defender. Es cierto que es un problema que afecta a propietarios e inquilinos, pero también es cierto que no afecta de la misma manera y tenemos la obligación de resguardar al más débil en una relación que no es simétrica», agregó Martínez.
En su defensa del dictamen de minoría, Graciela Camañoarrancó: “Venimos a este recinto sin tanta petulancia, y a la hora de evaluar el tiempo de duración de la ley, que supuestamente es planteado como un mérito, quiero informar que en ese mismo período en la Argentina hubo un 476% de inflación”. “Modestamente lo único que nos proponemos es intentar mejorar la oferta”, dijo la diputada de Identidad Bonaerense.
El proyecto de minoría tuvo entre sus espadas a Alejandro Cacace de Evolución Radical. «Como todos reconocen que hay una retracción de la oferta de propiedades en alquiler, damos incentivos fiscales» y «distintos mecanismos para que se pongan más propiedades en alquiler». Pablo Tonelli (Pro) defendió precios razonables y «renta» para los propietarios. Cuando se aprobó la ley, dijo, había 8.000 ofertas en CABA, y ahora son 1.000. “Esto habla de un fracaso de la ley», y agregó: “Debe haber precios razonables y debe haber renta para los propietarios”.
Carlos Heller sostuvo que el arreglo vía «mercado» no resuelve el problema. Respaldó los tres años porque acortar los tiempos no es «neutro». «Legislar es proteger al más débil», expresó el presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda criticando el dictamen de minoría por dejar el precio al libre arbitrio de las partes, donde se impone el más fuerte. Desde LLA habló Carolina Píparo. “No vamos a apoyar ningún maquillaje porque la ciudadanía pide la derogación”, dijo y apuntó a JxC: “Montaron un show -con la modificación- porque desde JxC sabían que no estaban dadas las condiciones para derogar la ley”. “Es un show para la gente que vengamos a mentir acá”. Myriam Bregman denunció el lobby inmobiliario. «El problema es que los cambios que aquí se proponen, sea la derogación o el dictamen de minoría, son perjudiciales a quienes alquilan». «El lobby inmobiliario está haciendo mucho esfuerzo. Nosotros resistimos, no nos van a convencer los lobbys de las grandes inmobiliarias y especuladores que siempre se llevan una tajada de este negocio», protestó.
El oficialismo quedó con sabor amargo. «Como quedó aprobada la ley, se establece que es un acuerdo de partes. Da algunos indicadores pero ninguno tiene por qué atenerse a ellos», dijo Daniel Arroyo respecto del índice de actualización de aumentos para el locatario. «Está claro que había que cambiar la ley, pero había formas de hacerlo más razonable y cuando digo razonable me refiero a cuidar a los inquilinos«.
Fuente Página 12