Será la primera vez que el cometa ingrese al Sistema Solar, alcanzando el punto más cercano a la Tierra: a 270 millones de kilómetros de distancia.
Entre la fascinación provocada por las fotos publicadas esta semana por la NASA realizadas con el telescopio James Webb y la Superluna de Ciervo de este miércoles, surge otra gran noticia para los amigos de las estrellas y la astronomía. Se trata del cometa K2 (o C/2017 K2), observado por primera vez en 2017 a través del telescopio Hubble de la NASA, que este jueves alcanzará su punto más próximo al planeta y se «dejará» ver.
En mayo de 2017, cuando fue visto por primera vez, se trataba del cometa más lejano jamás observado: situado a unos 2.400 millones de kilómetros del Sol, entre las órbitas de Urano y Saturno. Ahora, es la primera vez que el cometa ingresa al Sistema Solar desde la Nube de Oort y pasará a 270 millones de kilómetros de la Tierra.
Según detallaron los astrónomos en su primer avistaje, el diámetro estimado del núcleo del cometa era de unos 18 kilómetros. Le siguieron distintas investigaciones con telescopios terrestres que no obtuvieron un resultado concluyente, por lo que se estima que su diámetro oscila entre los 15 y los 80 kilómetros, lo cual demuestra que se trata de un objeto mucho más grande de lo esperado. Esto implica también que la cola de gases y polvo que deje será mucho mayor.
Los científicos afirman que la cola del cometa podría cubrir una superficie de 800.000 kilómetros, distancia que corresponde a seis veces el diámetro de Júpiter, el planeta más grande del Sistema Solar. Lo más probable es que lo que se logre observar desde el planeta tierra sea esta cola y no el núcleo, debido a la gran distancia, pero también porque el cielo nocturno se encontrará muy brillante debido a la luna llena y la Superluna de Ciervo, la más grande y más brillante del año.
Si bien las dificultades para su avistaje son evidentes, los astrónomos ya anticiparon que en septiembre el mismo cometa volverá a pasar cerca de la Tierra y será visible en el cielo.
Qué son los cometas
La palabra cometa proviene del griego (“kometes”), que significa “astro con cabellera o cola”. Son cuerpos astronómicos menores, que van desde unos pocos metros hasta algunos kilómetros de diámetro.
Suelen estar compuestos de hielo, minerales y silicatos. Concretamente, se trata de grandes “bolas de hielo sucio” que tienen sus propias órbitas, generalmente muy alargadas.
Los cometas pasan la mayor parte del tiempo muy alejados del Sol, en regiones frías del Sistema Solar o fuera del mismo, ya que las veces en que se acercan, se calientan y el hielo se sublima, pasando así a un estado gaseoso que rodea el núcleo sólido.
Así, este tipo de astros arrastra partículas de polvo, formando extensas nubes alrededor que simulan ser cabelleras. Los materiales que conforman la cabellera son arrastrados en sentido opuesto al Sol por el viento Solar y dan lugar a las colas cometarias.
Existen al menos 3 tipos de cometas conocidos:
- Los de corto período, también conocidos como “familia de Júpiter”, que son objetos con un periodo orbital menor de 20 años y órbitas apenas inclinadas respecto de la eclíptica
- Los de tipo “Halley”, con órbitas más alargadas, períodos de decenas de años e inclinaciones que pueden ser muy grandes
- Los de largo período, con órbitas alargadísimas y lapsos que van desde miles de años hasta casos que han pasado cerca del Sol una única vez desde los orígenes del Sistema Solar.