Santiago Liaudat, Profesor Titular de “Introducción a la Filosofía” (UNLP) y autor del podcast «Ideas en Jaque», comparte una fuerte crítica a la identificación del gobierno Nacional como liberalismo, poniendo como ejemplificación la gran represión en la pasada marcha de jubilados en su tercer episodio del programa.
«El liberalismo clásico en el siglo XVII surge como una desmesura del poder Absolutista. Es decir, que busca proteger a las mayorías de las minorías privilegiadas. Ahora bien, el discurso de Ley y El Orden viene a proteger a las minorías privilegiadas del descontento de las mayorías» menciona Santiago al iniciar su programa, conectando la temática que convoca a este episodio.
Se encarga de explicar los antecedentes de este discurso de «La Ley y El Orden», que se remontaría a John Adams, 2do presidente de los EEUU. «Sacó una Ley muy similar a la Ley de Residentes Extranjeros en Argentina que pedía reportar extranjeros peligrosos … Sirvió para expulsar a anarquistas, socialistas, etc.».
El segundo antecedente, estará a cargo de una figura fundamental en el nacimiento de los neoconservadores norteamericanos; Barry Goldwater, «Mr. Conservative». «Él va a ser el primero en cuestionar las políticas del Estado de Bienestar … incluso va a votar en contra de la Ley de Igualdad de Derechos Civiles, entre la población blanca y negra de los EEUU» explica el profesor.
«Es un concepto que nace intrínsecamente unido al proyecto liberal que hoy estamos viendo en Argentina … lo paradójico de esto es que lo que hacen es una inversión total a lo que dice el liberalismo» opina del Gobierno Nacional de turno. «A pesar de que se dicen liberales son profundamente antihumanistas; está claro que no hay nada de humanismo en esta gente» continua.
«La Ley y El Orden va a ser planteada por Goldwater por un lado, por la delincuencia; de que hay que aplicar una mano dura, una lógica punitivista. Esto en función de garantizar un orden, pero un orden con injusto, provocador y que provoca violencia. Por otro, la violencia legitimada del Estado» sigue con su crítica.
«En el siglo XVII vamos a ver el diálogo entre el Humanismo y el Liberalismo». Santiago explica que esto se habría dado así debido a que las ideas humanistas chocaban fuertemente por el poder absolutista, que no permitía el desarrollo y el libre despliegue del ser humano. «Pronto, esto va a entrar en tensión» cuenta. «No conocemos demasiados referentes de un liberalismo progresista».