Los bloques de Juntos y de Juntos por el Cambio comparten el siguiente escrito.
Desde que Nicolás Maquiavelo expuso sus ideas en el siglo XVI, hemos leído y escuchado
infinidad de veces una afirmación que no solo refleja la ideología política del pensador italiano, sino
que además promueve la idea de que cualquier acción puede ser admitida incluso si es inmoralo
ilegal. “El fin justifica los medios” sostiene que cualquier acto es aceptable si se lleva a cabo conel
objetivo de lograr un fin deseado. Maquiavelo sostenía que, para ser un buen gobernante, uno debe
ser capaz de tomar decisiones difíciles y amenudo desagradables en beneficio del bien común.
De acuerdo con la perspectiva de Maquiavelo, un gobernante eficaz tendría que ser capaz
de usar la fuerza o la traición si es necesario para proteger a su país y su pueblo.
En pleno siglo XXI, algunos gobernantes de turno siguen aplicando al pie de la letra las
premisas de esta teoría política, aunque en su vida jamás hayan leído a Maquiavelo. El instinto de
conservar el poder adquirido mueve a algunos políticos a hacer cosas que tal vez nunca imaginaron.
El mal uso del dinero del Estado para hacer política, es una situación bastante común en
nuestro país, provincia y municipio. A menudo, los recursos del Estado son utilizados para financiar
campañas políticas, proyectos personales y para el beneficio de una minoría en lugar de ser
utilizados para el beneficio de la comunidad de forma general.
Sin ir más lejos podemos ver que el jefe comunal ha tomado este tipo de decisiones sin
importar el costo. Durante los últimos días hemos sido testigos de una inauguración de una pileta
climatizada que es bienvenida en el distrito y especialmente en la localidad de Tornquist. ¿Es legal?
Sí. ¿Es necesaria? Tal vez sí. ¿Es urgente? Rotundamente NO, cuando se sabe que los fondos
utilizados para su construcción pudieron ser parte de las obras postergadas de las escuelas. Como
ejemplos pueden mencionarse algunas: el techo del comedor de la EP 27, la Escuela Agraria, la
colocación de bajo mesada y alacenas en JI 906, la compra de materiales para la instalación eléctrica
en Escuela Técnica, la construcción de la ES N° 4 (una de sus aulas funciona en una capilla de la
Iglesia). La lista puede continuar.
Estas obras pueden seguir esperando, porque la premisa básica de la teoría de Maquiavelo
es que cualquier acción puede ser justificada si se trata de lograr un resultado positivo en última
instancia. Es decir, que podríamos construir una pileta más para cada localidad, pensando en un
distrito federal. Los resultados serían igualmente aceptables dado que son beneficiosos para la
comunidad. Pero el cuestionamiento no es ese. El problema es que no diferenciamos lo urgente de
lo importante.
Con menos narcisismo y un poco más de dignidad tal vez algún día las autoridades
encargadas de administrar los recursos públicos respeten la ética y la equidad para garantizar que
los recursos del Estado se utilicen de forma ecuánime en beneficio común.
En conclusión, aunque haya voces que defiendan la teoría de que el “fin justifica los
medios”, es importante respetar ciertos valores éticos para mantener una sociedad justa y con un
buen uso de los recursos públicos.
Bloque de Concejales y de Consejeros Escolares de Juntos y de Juntos por el Cambio.