El Ministerio de Salud de la Nación dispuso la puesta en marcha de un «Plan nacional de cuidado de trabajadores y trabajadoras de la salud» en el marco del pandemia de coronavirus, con el objetivo de profundizar las medidas de prevención y evitar la propagación de contagios de Covid-19 en contextos laborales.
«Para garantizar los mejores resultados posibles en el acceso de la salud de los argentinos, se requieren esfuerzos extraordinarios en el cuidado de la salud de los trabajadores del Sistema de Salud, ya que existen evidencias que demuestran, en virtud de las características de su trabajo y por sus niveles de exposición, que se ven incrementados los riesgos de contraer la infección por COVID-19», indica la resolución 987/2020 firmada por el ministro Ginés González García y publicada hoy en el Boletín Oficial.
Según datos recabados por el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud, «de 7134 casos confirmados de COVID-19 al 15 de mayo del corriente, en el 14,9 por ciento de los casos (1061) se identifica como fuente de contagio su trabajo en salud».
En ese marco, el Ministerio de Salud dispuso la puesta en marcha de «procedimientos de cuidado en el trabajo y acompañar a cada profesional con entrenamiento y capacitación en el uso adecuado de los elementos de protección personal es una práctica recomendable para mitigar el riesgo de contagio».
El plan, que establece tres ejes para abordar la problemática, abarcará el universo de trabajadores/as, voluntarios/as que realicen sus tareas laborales en los planos de gestión, asistencia, docencia, investigación, tareas auxiliares como también considerar acciones pro-activas para sus familiares.
El primer eje se basa en la conformación de un Equipo Nacional de Gestión de Crisis COVID-19 que involucre los diferentes niveles jurisdiccionales; el segundo en desarrollar ambientes para la capacitación, entrenamiento y supervisión sobre los procesos reales de trabajo (bioseguridad, uso adecuado de equipos de protección personal, entre otras) y el tercero apunta a la creación de una estrategia para la «comunicación y detección de escenarios de riesgo y para el acompañamiento del personal de la salud y sus familias».
Este último punto implica la «vigilancia pasiva» (que se nutrirá del registro del Sistema de Vigilancia Nacional en Salud) en la detección de casos confirmados y sospechoso tanto internados como ambulatorios en los/as trabajadores/as de la salud, y la vigilancia activa (instrumentando dispositivos de monitoreo al ingreso del trabajador/a de la salud a instituciones mediante encuestas auto-administradas).
Según detalla hoy el Boletín Oficial, a partir del análisis de los datos recabados de la vigilancia activa «se definirán grupos de riesgo y modos de intervención articulando con las áreas de recursos humanos y salud ocupacional de cada institución».
Además, se creará una base de trabajadores y trabajadoras con enfermedades de riesgo, o mayores a 60 años, para incorporarlas a tareas de teletrabajo