Se trata de lo que fue un pequeño animal que habitó hace unos 237 millones de años. La especie arroja más conocimientos al linaje que luego originaría a los distintos grupos de mamíferos.
Fósiles de un pequeño animal, de unos 237 millones de años, fueron descubiertos en el Parque Nacional Talampaya, en La Rioja, por investigadores del Conicet que consideraron este hallazgo clave para entender los procesos evolutivos que dieron origen a los distintos grupos de mamíferos.
El animal, cuya descripción fue publicada en la prestigiosa revista The Anatomical Record, fue bautizado como Riojanodon nenoi, que significa «diente de La Rioja».
El nombre nenoi, por su parte, homenajea a Roberto «Neno» Narváez, guardaparque del Parque Nacional Talampaya y actor clave en las campañas paleontológicas en esa región.
La agencia CTyS de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) consignó en su sitio web que este descubrimiento, realizado en ese parque nacional de la provincia de La Rioja, es clave, pues arroja más luz al linaje que luego originaría a los distintos grupos de mamíferos.
«Es una nueva especie de lo que se conoce como cinodonte probainognatio. Era un ‘bicho’ pequeño, no mayor a una comadreja actual. Fue un primo lejano de los mamíferos y, aunque no era parte de este grupo, ya poseía numerosos rasgos mamalianos, como un paladar óseo bien desarrollado y dientes complejos», comentó Agustín Martinelli, investigador del Conicet e integrante del equipo.
El Riojanodon nenoi, abajo a la izquierda. En el centro, Tarjadia, antecesor y pariente de los cocodrilos. Ilustración y diseño: Lucas E. Fiorelli
Martinelli agregó que estos cinodontes «se diversificaron previamente al surgimiento de los dinosaurios», mientras que «los mamíferos que conocemos hoy en día tuvieron su auge recién después de la extinción de los grandes dinosaurios del Mesozoico».
«Del Riojanodon encontramos restos de las mandíbulas y dientes. Es algo bastante peculiar lo de este extinto animal, porque es una forma de dentición herbívora dentro de un grupo que era principalmente carnívoro. De alguna forma, se ‘abrió’ una rama de ‘herbivorismo’ en esta línea evolutiva», explicó Martinelli, integrante del equipo Archosaur Research Group (ARG) y de la Asociación Paleontológica Argentina (APA).
«Hace más de diez años que trabajamos en esta zona. Personas como ‘Neno’ son importantísimas porque conocen al territorio como la palma de su mano. Imaginate que acá no hay caminos ni nada marcado, pero, como un baqueano experto, él nos va diciendo en qué lugar están las rocas de distinto color y, por lo tanto, antigüedad, como ningún mapa lo describe», valoró el investigador del CONICET y paleontólogo.
Para los investigadores, el hallazgo, además de aportar nuevas pistas en términos evolutivos, ofrece más evidencia de cómo la fauna prehistórica de Sudamérica de esa época se condice con la del sur de África, comprobando que ambos territorios estaban unidos hace unos cuantos millones de años.
En términos de tiempo, el Riojanodon vivió durante el período Triásico, entre unos 237 y 236 millones de años atrás. No llegó a convivir con los dinosaurios, aunque sí con sus predecesores.
Los restos fósiles de este animal fueron encontrados a partir de trabajos de campo realizados entre 2014 y 2022 en la Formación Chañares, una de los depósitos de rocas continentales triásicas más rica en contenido fósil de América del Sur.
Debido a su abundancia y diversidad, los especímenes hallados en esta formación constituyen uno de los mejores registros de tetrápodos – grupo de los vertebrados que tienen dos pares de extremidades- del Triásico Medio-Superior.
«Las primeras campañas realizadas por el grupo de ARG datan de mayo de 2011. Recién en septiembre de 2014 encontramos el cráneo, en el campo en la Formación Chañares», comentó la investigadora Julia Desojo, quien coordinó los trabajos de campo al Parque Nacional Talampaya.
Desojo, científica del Conicet y presidenta de APA, agregó que este trabajo «es uno de los tantos donde mostramos el trabajo interdisciplinario que realizamos, entre geólogos, paleontólogos, técnicos y becarios, tanto locales como internacionales».
«Estos fósiles que presentamos son solo una mínima muestra del potencial paleontológico de nuestro patrimonio que debemos cuidar y difundir entre todos. Para ello, estamos tanto los cultores de la paleontología como las autoridades provinciales y nacionales y la APA, que conecta a todos los activos sobre la paleontología nacional», acotó.
El trabajo científico fue liderado por el doctor Agustín Martinelli, de la Sección Paleontología de Vertebrados del Museo Argentino de Ciencias Naturales y contó con la participación del doctor Martín Ezcurra, del licenciado Juan Escobar y de la doctora Belén von Baczko, también de dicha institución; del doctor Lucas Fiorelli y el doctor Martín Hechenleitner del CRILAR (Anillaco, La Rioja); del doctor Jeremías Taborda del CICTERRA (Córdoba) y de la doctora Julia B. Desojo (CONICET-Museo de La Plata), quien coordinó los trabajos de campo al Parque Nacional Talampaya y coordinadora de ARG.