A partir de la reaparición de la especie autóctona «», que se creía extinguida, esta mañana entrevistamos a Josefina Moroncini, Licenciada en Ciencias Biológicas. Josefina escribió una tesis sobre esta planta reaparecida en nuestra zona, lo que la hace muy conocedora de los individuos avistados en la Reserva Natural de Sierras Grandes.
«Soy de Tornquist, en 2003 me fui a Bahía Blanca a estudiar la Licenciatura en Ciencias Biológicas. Conocía poco y nada de la riqueza de este lugar. Cuando me fui a Bahía entre a un grupo de estudio y me involucré en el proyecto del jardín botánico «Pillahuincó». A partir de ahí hacíamos tareas de educación con jardines y escuelas y también cultivamos las especies autóctonas. Luego, cuando me tocó hacer mi tesis para la licenciatura, una especie de la que había poca información era la Mostacillastrum Ventanense y me gustó la idea de poder aportar un poco a su conocimiento y su conservación» mencionó Josefina al contar su trayectoria y su pasado como estudiante.
«Desde que tengo recuerdo me interesa la conservación y el cuidado de la naturaleza» expresó Josefina cuando le preguntamos si su trabajo de investigación se dió a partir de su vocación con el medio ambiente. «Estudiar lo que estudié fue una de las mejores decisiones que tomé en mi vida. Es una carrera que te abre mucho la cabeza y te presenta muchas cosas nuevas».
El Jardín Botánico se empezó a abrir al público en el año 2005, cuando Josefina comenzó a trabajar allí. «Nació con la necesidad de demostrar cuál es la diversidad nativa y poder conservarla. En el año 98 se hizo un relevamiento de la flora del Parque Provincial, cuyo resultado es el primer acercamiento hacia las especies que habitan las áreas protegidas y que habitaron en otro momento de la historia» explica Josefina.
Josefina menciona que «cuando hay pocos individuos de una especie, la reproducción sexual no resulta completa porque si se reproducen hermanos con hermanos, las semillas no son buenas y fértiles». Es por eso que la conservación de una especie en peligro de extinción es tan compleja y difícil.
Según Josefina, quien estudió la planta en profundidad, la Mostacillastrum Ventanense es un sub-arbusto que puede medir hasta 50 centímetros. Es leñosa, de hojas verdes carnosas, similares a las de rúcula. Además, tiene flores blancas. Es una especie que, al gustarle tanto al ganado, ha quedado relegada a roquedales donde los animales no pueden acceder. Siempre se ha encontrado en lugares difíciles de acceder.
«En los últimos años había estado desaparecida, y en este relevamiento que se hizo en el 98 descubrieron una población en el Cerro Bahía Blanca. A partir de ahí, se conocieron otras poblaciones. En el 2007, se encontraron en el Cerro Calvario. También en el Cordón Esmeralda del Parque Provincial. El hallazgo en Sierras Grandes fue un descubrimiento muy positivo» informó Josefina.
Cuando Josefina estudió los ejemplares, descubrió que el poder germinativo de las semillas de la Mostacillastrum Ventanense era muy bueno. «En el Cerro Calvario, donde durante mucho tiempo no hubo pastoreo, a alguien se le ocurrió dejar entrar vacas y eso casi que terminó con la población» mencionó al presentar una de las posibles razones por las cuales la especie no se volvió a avistar.
«El trabajo de demostrar las especies a la gente es un trabajo de hormiga, y esta bueno que la gente se alegre por estas buenas noticias de volver a encontrar una especie» expresó finalmente.
Nota completa a continuación: