“Rhonda”, los momentos de soledad de una boxeadora previo a subirse a pelear, serán contados por Jimena López. “Toca varias temáticas que me inquietaban” aseguró Jimena.
Este viernes, desde las 21, el Centro Cultural se vestirá de ring para recibir un unipersonal. En el teléfono del espacio teatral (2914291483) ya pueden adquirirse las anticipadas, y si no, directamente el día de la función en boletería tendrán la chance de sacar un ticket para sentarse en primera fila y contemplar a “Rondah”.
La creación de Jimena López, que ya lleva cuatro años en cartel, trata sobre todo lo que se le pasa en la cabeza a una boxeadora en los instantes previos a salir a competir.
Respecto a los detalles, la propia Jimena aseguró que “vemos un poquito esa soledad que vivencia. Estando en la cresta de la ola, aparecen miedos e inseguridades que llegan del pasado. Con otras temáticas que atraviesa la obra, que tienen que ver con el lugar de la mujer, la violencia que se vive en la publicidad… toca varias temáticas que me inquietaban”.
Más adelante en la entrevista, y contando cómo nace esta obra, López confirmó que “todo comienza por el deseo de hacer un unipersonal, y paralelamente practicaba boxeo y kick boxing. Entonces exorcicé eso llevando este personaje a la ficción. Justo Macarena Trigo me invitó a hacer un taller de unipersonales, y a partir de ahí se fue gestando el texto”.
Al mismo tiempo reconoció que “el nombre Rondah viene por Ronda Rousey. Me parecía increíble por su seguridad y confianza, y justamente quería contar sus seguridades que este personaje tenía. La real quedó como inspiración inicial. Como modelo. La historia es pura ficción. Al personaje le agregué una H para que no quede como juego de niños”.
Por último, y contando su recorrido sobre las tablas, la artista del conurbano mencionó que “arranqué de pequeña. Tenía 11 años y no paré. Tenía teatro en la escuela, vivía en Avellaneda, y fuera de la escuela hice seminarios. Realmente me ha hecho muy bien. Yo era muy tímida y a mi mamá le pareció una buena idea. Me ayudó”. Cerrando, entre risas, con que “ahora puedo mantener una conversación”.