La gran ola de calor marina empezó a finales de mayo en el mar de Liguria, entre Italia y el sur de Francia, y continuó en julio en el golfo de Tarento. El aumento de la temperatura del mar puede modificar la flora y la fauna, provocar la «migración de especies» hacia aguas menos cálidas, la «disminución» de algunas y la «aparición de nuevas», aseguraron especialistas.
El Mediterráneo occidental registra desde finales de mayo una gran ola de calor marina con temperaturas «excepcionales» que superan en unos 4 o 5 grados a las habituales, lo que amenaza los ecosistemas marinos, según los expertos.
La oceanógrafa alemana Karina Von Schuckmann, quien integra la organización Mercator Océan International con sede en Toulouse (sur de Francia), indicó que la gran ola de calor marina empezó a finales de mayo en el mar de Liguria, entre Italia y el sur de Francia, y continuó en julio en el golfo de Tarento.
Dicha organización advirtió que en julio «del mar Balear (España) a Cerdeña (Italia), pasando por el este de Córcega y el conjunto del mar Tirreno (entre Sicilia y Córcega), se observaron en la superficie valores excepcionales de temperaturas comprendidas entre 28 y 30 grados».
Estos “niveles preocupan a los científicos y los defensores del medio ambiente”, se indicó.
El aumento de la temperatura del mar puede modificar la flora y la fauna, provocar la «migración de especies» hacia aguas menos cálidas, la «disminución» de algunas y la «aparición de nuevas».
El aumento de la temperatura del mar puede modificar la flora y la fauna, provocar la «migración de especies» hacia aguas menos cálidas, la «disminución» de algunas y la «aparición de nuevas», precisó Von Schuckmann y advirtió sobre los posibles impactos económicos, sobre todo en la pesca.
En tanto, un informe del centro de investigación francés CNRS de octubre de 2020, reportó que «en el Mediterráneo, tras los episodios de olas de calor oceánicas de 1999, 2003 y 2006, se observaron muchos casos de mortalidad masiva de especies, como gorgonias o posidonias».
Charles-François Boudouresque, profesor de Ecología Marina de la universidad francesa Aix-Marseille, estimó que la actual «ola de calor» podría tener un impacto «en los organismos fijos como las gorgonias y el coral rojo», con una mortalidad «total o parcial», según informó la agencia de noticias AFP.
Además, señaló que especies como el colorido «pez verde o la barracuda, que empezaron a desplazarse hacia el norte desde el sur del Mediterráneo, es probable que también sean más abundantes».
Debido a este fenómeno, especies procedentes del mar Rojo que llegaron al Mediterráneo oriental por el canal de Suez, se acercan a las costas francesas y “dos de ellas podrían ser problemáticas en los próximos «5 a 10 años», sostuvo Boudouresque.
Como el pez ‘Lagocephalus sceleratus’ , que es un «herbívoro extraordinariamente voraz» que «corre el riesgo de cortocircuitar las cadenas alimentarias normales» y la medusa gigante Rhopilema que provoca por su parte picaduras graves que requieren la hospitalización y el cierre de playas cuando está presente.
Para luchar contra estas olas de calor marinas, «hay que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero», aunque incluso deteniendo de inmediato esas emisiones «los océanos, que almacenan el 90% del calor del sistema Tierra, seguirían calentándose», explicó Von Schuckmann.
Según el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado en agosto de 2021, estas olas de calor marina duplicaron su frecuencia desde la década del 80; y entre 2015 y 2019 «el Mediterráneo registró cinco años consecutivos de mortalidad masiva de especies», indicó un artículo reciente de la revista científica Global Change Biology.