Pablo Rueda, cara y voz del más ambicioso proyecto urbanístico de la comarca, brindó detalles de los notorios avances que viene teniendo en su primera etapa. “Estamos cerca de las cinco hectáreas y media de vides” confirmó.
Si bien se ubica a solo diez minutos de Tornquist, el proyecto Finca Ocho Cerros crece a pasos agigantados en un terreno que parece inhóspito, y según su creador, Pablo Rueda, es uno de los mejores encantos que tiene.
Al respecto, y brindando detalles de estas progresiones, explicó que “viene avanzado muy bien, todo de acuerdo a lo proyectado. Estamos construyendo la primera etapa, que es la parte de la recepción y el estar. Quince habitaciones de hotel y un spa que tiene pileta climatizada con distintas estaciones, sauna seco y húmedo, ducha escocesa y dos salas de masaje. Son más de dos mil metros cuadrados”.
Graficando esto, sostuvo que “la semana pasada llenamos una losa de 700 metros cuadrados, son 20 camiones de hormigón. Viene todo muy bien. El complejo va con otra pileta externa, un estanque externo de casi una hectárea de tamaño más 26 cabañas”.
Yendo a la parte de la producción de vino, “el año pasado plantamos cuatro hectáreas de vides y este año estamos haciendo la refalla de las que no plantaron bien, más otra hectárea y media más, así que estamos cerca de las cinco hectáreas y media”.
Y de la mano con esto sostuvo que “en otra etapa viene la bodega con un restaurant para 150 personas. Igual en esta etapa también hay restaurant, así que finalmente quedarán dos restaurants en el predio, además de una pista de aterrizaje para aviones. Eso será al final de todo”.
Hablando de paisajismo aclaró que “dentro del campo están los cerros Largo y Alto, por lo que uno puede hacer trekking. Estamos haciendo una pista de cinco kilómetros para bicicletas o salir a correr. Apuntamos al que viene a entrenar pero también al que viene a descansar”.
Ubicándolo geográficamente reafirmó que el predio “está a diez minutos, que no parece mucho, pero al estar ahí no ves nada. Disfrutas las bondades de la naturaleza y el cielo estrellado. Tenemos llamas, ciervos, burros, cabras, ovejas… el que viene y no conoce tanto no es común verlos. La combinación de la naturaleza, el alojamiento y la gastronomía cambiará todo. Además tendremos un shop con productos regionales”.
Por último contó que “cuando esté todo terminado tendremos capacidad para recibir más de cien personas. Y entre los dos restaurants podremos darles de comer a casi 300 personas”.