El médico pediatra comentó las distintas situaciones que se viven en el verano, y alertó que si bien aún no hay casos detectados, el dengue es una posibilidad en la comarca.
El pediatra Gustavo Díaz comentó las distintas afecciones que pueden sufrir los más chicos durante el verano.
Al respecto sostuvo que “las otitis de verano se llaman externas o de nadador. Se producen porque los niños son tan amantes del agua que pueden estar cinco horas sin salir. Más allá de lo que le hace a la piel y al cuero cabelludo, le afecta el oído que puede llegar a una infección”.
Por este motivos es que “a los papas siempre le decimos que si el chico tiene predisposición a la otitis, que usen tapones, que no estén permanentemente en inmersión, sino que naden de forma superficial, y que acorten los tiempos en la pileta, que salgan se sequen los oídos, y luego vuelvan a entrar”.
En otro pasaje de la charla explicó que “los concejos para el verano, para menores de dos años y ansiones, son parecidos. Sufren la insolación, los golpes de calor, la deshidratación y las lesiones de sol. Se tienen que hidratar mucho, entre dos y cuatro litros de agua, y los lactantes no tienen que dejar de tomar la teta”.
A esto le sumó que “entre las 10 de la mañana y las cuatro de la tarde no se tienen que exponer al sol. Hay un aumento del cáncer de piel en general y en particular en los niños, donde cada vez vemos más lesiones malignas”.
Y a modo preventivo “hay que usar protectores solares, usar gorros, usar lentes, usar ropas UV pese a lo costosa que es. Con eso el niño se protege. No sirve colocar protector solar solo al principio de ir a la playa. Hay que renovar el protector, y mientras más alto su grado, mejor”.
Por último reconoció que en la comarca “las condiciones están dadas para que tengamos dengue. La recomendación que damos este año es la vacunación contra el dengue, que son dos dosis con una separación de tres meses. Es para nenes de cuatro años en adelante. Sobre todo si van a viajar a ciudades más al norte de donde estamos”.