La salida de divisas continúa superando a la entrada, y eso afecta las reservas, que cayeron en más de US$ 3.000 millones en marzo.
Tal vez el mayor gusto que puede darse un argentino sea viajar al exterior, para visitar los atractivos de Miami o disfrutar de las cálidas playas brasileñas, pero eso a su vez impacta sobre la salida de divisas y plantea interrogantes para la tercera fase del programa económico puesto en marcha por el Gobierno.
Durante marzo, las reservas del BCRA disminuyeron US$ 3.131 millones. Concluyeron el mes en US$ 24.986 millones, antes de ser reforzadas por el arribo de los préstamos relacionados con el nuevo acuerdo sellado con el FMI.
Por décimo mes consecutivo, la cuenta corriente cambiaria cerró marzo con desequilibrio: registró un déficit de US$ 1.674 millones.
Los déficits de cuenta corriente fueron, a lo largo de la historia económica argentina, el talón de Aquiles de muchos planes económicos.
El rojo en la salida de divisas ya se consumió casi la totalidad del superávit conseguido en los primeros seis meses del gobierno de Milei.
Es que hasta mayo del 2024, cuando el pago de importaciones estaba calendarizado y el tipo de cambio vigente era alto, se había acumulado un superávit de US$ 12.123 millones.
De allí en más, a raíz de los sucesivos saldos negativos que irrumpieron una vez que se fue normalizando el pago de importaciones y perdiendo competitividad cambiaria, se fueron US$ 11.655 millones.
Buena parte de esta salida de divisas se explica por la perspectiva de “dólar barato” que vienen teniendo los argentinos desde hace meses.
Esa mirada podría agravarse ahora tras la salida del cepo cambiario para individuos, con un dólar que se ubica por debajo de los $1.200.
Cuando los argentinos con cierto poder adquisitivo perciben que la cotización del dólar es conveniente, sacan pasajes a Miami, Brasil o Chile.
Desde hace 10 meses salen del país más dólares de los que entran, una ecuación que complica a países como la Argentina.
La cuenta de “Servicios”, que incluye justamente los gastos realizados por argentinos de vacaciones en el exterior, arrojó un saldo negativo de casi US$ 800 millones en marzo.
También hubo déficit de US$ 456 millones en la cuenta de “Bienes” y US$ 425 millones por “ingresos primarios”.
Parte de ello ese desequilibrio lo representaron egresos netos por US$ 570 millones para hacer frente “a gastos por viajes, pasajes y otros consumos efectuados con tarjetas con proveedores no residentes”.
El escenario podría ser peor si seis de cada diez argentinos no hubiesen elegido utilizar sus propios dólares en el banco para efectuar los pagos, y de esa forma ahorrarse los impuestos.
Pero buena parte de esos pagos se hicieron con la compra de dólar MEP.
Otro factor que complica es que la cuenta financiera cambiaria también resultó deficitaria ese mes en US$1.892 millones.
Fuente NA