La medida judicial recaerá sobre Ricardo La Regina, el propietario del campo que para colocar un alambrado aplastó a 192 pichones de pingüinos de Magallanes y pasó por encima de casi 150 nidos.
El dueño del campo de Punta Clara, en el noreste de Chubut, donde murieron al menos 192 pichones de pingüinos de Magallanes bajo las ruedas de una topadora que pasó por encima de casi 150 nidos el año pasado, será imputado formalmente el lunes por la fiscal a cargo de la investigación.
«El próximo lunes 12 de diciembre se realizará en Rawson la audiencia de Apertura de Investigaciópn tendiente a solicitar la imputación de los hechos ocurridos en el área de Punta Clara durante el 2021», informaron este jueves voceros judiciales.
La imputación recaerá sobre Ricardo La Regina (h) a quien se señala como el propietario del campo que dispuso que la maquinaria pesada abriera un sendero perpendicular a la costa para colocar un alambrado que delimita el campo con el vecino, en medio de una aparente disputa familiar.
En el trámite, pasó por encima de los nidos de pingüinos en una zona densamente poblada, lindera con Punta Tombo, considerada esta última la reserva de pingüinos de Magallanes más poblada del continente.
Tras conocerse el hecho, organizaciones ambientales, encabezadas por el movimiento El Nuevo Enemigo, lanzaron una campaña de recolección de firmas (www.change.org/SalvemosPuntaTombo), que logró reunir casi 34.000 adhesiones, en reclamo de que se «condene al responsable de la masacre de los pingüinos Magallanes» y que haya «compromiso con el bienestar animal y respeto por nuestro ambiente».
La investigación fue desarrollada por la fiscal general de Rawson, Florencia Gómez.
La instancia judicial
Tras la instancia del lunes denominada «apertura de investigación», donde se notificará la imputación al dueño del campo, el juez deberá habilitar una audiencia preliminar, donde las partes deben acordar cómo se hará el juicio y la cantidad de testigos, entre otras cuestiones del proceso.
De acuerdo a los hechos que señala la fiscalía, a los que tuvo acceso Télam, «durante noviembre de 2021, sin la autorización previa que exige el Código Ambiental de Chubut y mediante la utilización de maquinaria pesada, se produjeron daños sobre la fauna y flora autóctona de la colonia de pingüinos, resultando damnificado el Estado de la Provincia del Chubut».
Los peritajes fueron realizados, entre otros, por la Brigada de Control Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
También participaron expertos del Conicet y geógrafos de la National Geographic Society.
Cómo fue la matanza
Los informes indicaron que se trazaron caminos y se realizaron desmontes y movimientos de suelo sobre el área de colonia y sobre la ribera marítima generando un gran daño a la especie.
La maquinaria, en su afán por abrir un camino de 2.000 metros para colocar el alambrado, arruinó la nidificación y casi el 60% de la superficie fue impactada el 26 de noviembre de 2021 en plena temporada reproductiva cuando los pingüinos estaban en plena etapa de incubación o empollando pichones de muy pocos días de vida.
Los pingüinos de Magallanes llegan todos los años a las AICA (Áreas de importancia para la conservación de las aves) de Punta Clara y Punta Tombo, en septiembre, de manera que la topadora que hizo el camino pasó por los nidos en el peor escenario.
Se supo que el Ministerio Público Fiscal incorporó a la investigación las declaraciones de Ricardo La Regina a medios locales, donde admite que hizo el sendero rural pero asegura que fue antes que llegaran los pingüinos, lo cual contrasta con las imágenes de pichones aplastados.
El presidente de la Global Penguin Society, Pablo García Borboroglu, recordó que «el daño ambiental fue tremendo porque los pingüinos van a los mismos nidos todos los años y se reencuentran con su pareja, por lo que si destruyeron el nido es como si a uno le derrumban la casa».
El especialista fue designado como perito por la justicia y fue el primero en llegar a la zona de desastre cuando fue convocado por el propietario del campo lindero, perteneciente a la misma familia, en el marco de una disputa judicial por cuestiones sucesorias.
Para describir la magnitud del daño, el doctor en biología explicó a Télam que «una topadora pesa 8 toneladas, un huevo pesa 110 gramos, un pichón recién nacido no más de 90 gramos y los adultos entre 4 y 5 kilos».
La zona forma parte de la reserva de biósfera «Patagonia Azul», declarada de interés patrimonial por parte de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
Borboroglu aclaró que «éste es un caso excepcional, porque son muchos los campos que tienen costa con colonias de pingüinos y éstas son cuidadas por los propietarios (algunos de los cuales son declarados custodios rurales) y varios de ellos se dedican al aprovechamiento turístico del recurso».
En su momento la participación del Centro Nacional Patagónico (Cenpat) dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), fue valorada por el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Daniel Filmus, al afirmar que «esta es una muestra de que nuestras y nuestros investigadores se ponen al servicio de la sociedad para determinar un posible caso de delito ambiental».