El ex encargado de la mesa de entrada del Senado analizó los coletazos y golpes directos que va generando el DNU, al tiempo que se espera el dictamen sobre la ley ómnibus.
El ex encargado de la mesa de entrada del Senado, José Alberto Auzmendi, explicó esta mañana que “de la última charla se fueron dando los acontecimientos desde que Milei llegó a la presidencia de manera sistemática. Aún no estaba la ley ómnibus ni el DNU. Estas cuestiones no son nuevas, aunque quizás no de esta magnitud”.
Haciendo un poco de docencia, contó que “dentro de las atribuciones del presidente, el artículo 99 establece que solo cuando hay circunstancias excepcionales, que hicieran hacer imposible seguir los trámites ordinarios, pueden emitir decretos de necesidad y urgencia con un límite temática; no pueden regular materia penal, tributaria, electoral, o de partidos políticos y necesita el acuerdo general de ministros. Mientras están negociando el decreto corre”.
En otro pasaje de la charla y sobre situaciones similares que se han vivido a lo largo de la historia argentina, recordó “el último decreto de la presidencia de Kirchner fue muy sensible, ya que reguló gran parte del espectro radioeléctrico, que fue que autorizó con la firma de Guillermo Moreno, la fusión de Cablevisión y Multicanal. Más adelante vino la ley de medios”.
Sumando que “otro caso fue el de Menem con el indulto, cuando es puntual y selectivo, él lo hizo general. Luego se derogaron las leyes, llegó a la corte y demás. Incluso algunos de estos DNU han llegado a la corte y la corte los abaló”.
Acto seguido reconoció que “muchas veces estas estrategias de leyes ómnibus es ir a una posición de máxima para luego negociar algunas cuestiones y llegar a un consenso”.
Por último fue muy claro al explicar que “supongamos que rechacen el decreto, todo lo que operó hasta acá será válido. Todo el tiempo que se aplicó, corre. Siempre está la instancia judicial, pero todos los procedimientos y contratos no se invalidan, más allá del rechazo que pueda tener por ambas cámaras”.