En diálogo con “Reflejos”, la Dra. Paula Goldin despejó muchas dudas respecto de uno de los conflictos más recurrentes que llegan al ámbito judicial. “De todos los casos que nosotros abarcamos en el estudio, más de la mitad se la llevan los juicios por alimentos” afirmó.
Con la claridad y sensatez que la caracteriza, la Dra. Paula Goldin abordó un tema espinoso y cada vez más recurrente en nuestra sociedad: los Juicios por Alimentos.
Al respecto, la abogada aseguró que “de todos los casos que nosotros abarcamos en el estudio, más de la mitad se la llevan los juicios por alimentos” reafirmando de esa manera lo recurrente que se están volviendo estos casos.
Al momento de comenzar a despejar dudas en la materia, la Dra. Mencionó que “la mayoría de edad es hasta las 18, pero la cuota alimentaria es obligatoria hasta los 21. Si el hijo al cumplir 18 años se casa o tiene un trabajo registrado, cesa esa obligación, sino es hasta los 21”.
De igual manera aclaró que “puede extenderse hasta los 25 si ese adolescente tiene comenzado un estudio de grado o terciario, con un rendimiento aceptable, y eso no le permite trabajar o que no le alcance para su subsistencia”.
En otro pasaje de la charla, la facultativa fue tajante: “hay padres y madres que piensas que sus hijos andan a pila y no comen”.
Profundizando en ese aspecto, detalló que “cuando el padre o madre alimentante tiene el sueldo en blanco, es un porcentaje, la cuota se va a actualizar, conforme se vaya aumentando los sueldos. En caso en que no haya un sueldo, se toma un parámetro, como el salario mínimo vital y móvil o la inflación. A veces entre partes, o a veces el juez, determina un parámetro de aumento a lo largo del tiempo”.
Pero como anexo a esto, recalcó que “cuando el papá o la mamá no tienen trabajo, nuestro Código Civil establece que si ellos no pueden responder por alimentos, ahí lo deben cubrir los abuelos, en segundo término los tíos, o también padre o madre afín, que es el esposo o esposa de esos padres”.
Dicho eso, también esclareció un punto casi de inmediato: “Si un papá tiene un sueldo humilde, pero el abuelo tiene un muy buen pasar, yo no puedo ir por el abuelo. Tengo ese papá, es el que me tocó. Ahora, si el sueldo de ese papá se tornara absolutamente insuficiente, ahí sí puedo solicitarles una porción a los abuelos”.
Por último, la Dra. Goldin contó que “cuando los alimentantes son abuelos, tíos, afines… el porcentaje es menor que si fuese el papá o la mamá. Es como una necesidad de urgencia. Tampoco el abuelo tiene que cumplir el rol de los padres que no tienen trabajo”.
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