Carta de lectores de: OMAR FELIPE MIGLIANO-NORMA BLANCA FERNÁNDEZ
Parafraseando al poeta acá, en el barrio El Mirador de Sierra de la Ventana, andamos preguntando: “¿Qué tristeza tendrá aquel que puede, sin remordimientos, terminar con la vida de un ser indefenso? ¿Qué amargura tendrá para ser tan cruel? ¿Acaso odia a sus hijos, acaso no tuvo un padre, acaso odia las flores y el perfume del aire?”
“Coco”, el perrito de nuestros vecinos, murió. Su mamá humana nos contó que fue el domingo, en su propia casa, a la mañana cuando ellos apenas se levantaban.
A nosotros se nos enlutó el corazón. Ya no lo veremos corriendo de aquí para allá con sus patitas cortas. “Coco” ya no está.
No sabemos quién lo hizo, sólo queremos informarles que en el barrio El Mirador – por las calles Mahuida y Pringles – existe alguien capaz de envenenar cruelmente a un perrito amoroso, simpático y juguetón que no molestaba a nadie porque había venido a este mundo para repartir ternura, para regalarnos su gracia, para alegrarnos el día cuando lo veíamos pasar.
Dicen que “el hombre cruel con los animales, lo será también con los mismos hombres pues la crueldad es siempre una misma cosa, aun cuando cambie su objeto”, aunque también sería válido pensar que es cruel con los animales, porque no se anima a serlo con otros hombres.
“La bestialidad es humana. Los animales son de Dios”.
OMAR FELIPE MIGLIANO-NORMA BLANCA FERNÁNDEZ
VECINOS DE SIERRA DE LA VENTANA