En el último informe del IPCC, científicos plantearon tres escenarios para frenar el calentamiento global. Además, aseguraron que las emisiones deben tocar un techo en 2025 y luego caer drásticamente
El último de los informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) fue terminante. Es necesario frenar las emisiones de gases de efecto invernadero en muy poco tiempo para alcanzar el objetivo de los 1,5º o 2° Celsius. Sin embargo, esta situación no sería posible si los gobiernos mantienen, o incluso, promocionan el uso de combustibles fósiles. Ante este horizonte, los expertos delinearon otras opciones. Una de ellas se basa en que, para 2025, se concrete un pico de emisiones, que hacia 2050 caigan drásticamente.
En números, el calentamiento global ya muestra sus consecuencias. Según las Naciones Unidas (ONU), más de 30 millones de personas fueron desplazadas por las secuelas del cambio climático y los daños por los fenómenos climáticos extremos se aprecian casi a diario. Es por este motivo, y en vistas a que los parámetros establecidos en el Acuerdo de París no se alcanzarían, si no que podrán terminar en un calentamiento dos veces y media mayor al pautado, el último documento puede resumirse en una sola palabra: ultimátum.
“Reducciones profundas y, en la mayoría de los casos, inmediatas de las emisiones de los gases de efecto invernadero en todos los sectores”, señalaron los expertos al señalar cuáles deberían ser los próximos pasos de las naciones del mundo para alcanzar el límite establecido. En la actualidad, el planeta ya registra un calentamiento superior al 1,1°C y sigue en aumento. El principal gas de efecto invernadero es el dióxido de carbono, aunque los expertos apuntan, además, al metano, el cual debe reducirse cerca de un tercio en los próximos 10 años.
De mantener este rumbo, a finales de este siglo, el incremento de la temperatura será de 2,8°C. Una cifra que impactará no solo como desastres naturales extremos (sequías, inundaciones, olas de calor, incendios), sino también como pérdida de biodiversidad y extinción de especies. Una situación que “completa la imagen de la crisis climática a la que se enfrenta la humanidad”.
Por este motivo, los expertos desplegaron tres escenarios de caída de emisiones de gases de efecto invernadero, siempre en comparación con 2019, y su relación con el incremento de la temperatura:
– Para que la temperatura no sobrepase los 2°C para finales de siglo, en 2030 las emisiones deberán caer un 27% y en 2050 un 63%
– Para que no sobrepase los 1,5°C, para 2030 deberán bajar un 43% y para 2050 un 84%.
– Aumento, pico y descenso drástico: la tercera opción se centra en un pico que supere los 1,5°C en 2025, una caída drástica del 23% en 2030 y una disminución del 75% para 2050.
Combustibles fósiles en la mira
En lo que se refiere al consumo de combustibles fósiles, los números son claros: en el caso de que sean 1,5 grados, para 2050 el uso global del carbón tendría que haber caído un 100% en relación a 2019, mientras que la utilización del petróleo debería reducirse en un 60% y el gas en un 70%.
Otro de los puntos esgrimidos por los expertos del IPCC son las técnicas de captura del dióxido de carbono. Aunque aclaran que estas herramientas no suplen o compensan el uso de los combustibles fósiles. Ya que, pese a que pueden colaborar en alcanzar este objetivo, en palabras de los científicos, aún son costosas y marginales. “No pueden compensar completamente el retraso en la acción en otros sectores”, advirtieron los científicos.
“Es hora de que dejemos de quemar nuestro planeta y empecemos a invertir en las abundantes energías renovables que nos rodean”, dijo al respecto António Guterres, secretario general de la ONU. En ese tono, recalcó la baja en los costos de las energías renovables, siendo que los expertos señalaron que entre 2010 y 2019, los precios en la generación de energía solar cayeron un 85%, en la eólica se redujeron un 55% y en las baterías de litio un 85%.
Guterres señaló, además, que se debería realizar un cambio y evitar la subvención a los combustibles fósiles, los cuales se encuentran afectados, en la actualidad, por la invasión de Rusia a Ucrania. “La eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles reduciría las emisiones, mejoraría los ingresos públicos y el desempeño macroeconómico, y produciría otros beneficios ambientales y de desarrollo sostenible”, afirma el documento emitido por la IPCC, aunque admite que, en el corto plazo, pueden detectarse “efectos distributivos adversos” para los más vulnerables. Por lo cual proponen instaurar medidas de “redistribución de los ingresos ahorrados”.
“Los sistemas eléctricos alimentados predominantemente por energías renovables son cada vez más viables”, aseguraron desde el IPCC y puntualizaron que “a pesar de que persisten desafíos operativos, tecnológicos, económicos, regulatorios y sociales, han surgido una variedad de soluciones sistémicas para acomodar grandes cuotas de energías renovables en el sistema energético”.
Otro de los puntos que aborda este informe es la necesidad de abandonar el uso de combustibles fósiles para el transporte. “Los vehículos eléctricos propulsados por electricidad de bajas emisiones ofrecen el mayor potencial de descarbonización para el transporte terrestre”, afirmaron los científicos. Según indicaron, si se busca que el aumento de la temperatura del planeta sea de 1,5°C, las emisiones de dióxido de carbono de este sector tendrán que caer un 59% para 2050. Mientras que si es del 2°C deberán retroceder un 29%.
“El beneficio económico global de limitar el calentamiento a 2 grados excede el coste de mitigación en la mayoría de la literatura evaluada”, aseveran los expertos del IPCC, al tiempo que alertaron que “las vías de desarrollo actuales pueden crear barreras de comportamiento, espaciales, económicas y sociales para acelerar la mitigación”.
Fuente Infobae