La medida de mayor impacto es el «cierre total los fines de semana» de las actividades comerciales del distrito. También se evalúa nuevas restricciones para aplicar de lunes a viernes en comercios no esenciales, así como cambios en la presencialidad escolar.
El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, tiene bajo análisis la implementación de un «cierre total» de actividades y circulación los fines de semana ante la suba de casos de coronavirus en el Área Metropolitana, mientras que evalúa nuevas restricciones de lunes a viernes en comercios no esenciales y en las plazas y mantiene la continuidad de la presencialidad escolar en la primaria.
Fuentes del Gobierno porteño indicaron a Télam que el paquete de medidas comenzaría a regir desde las cero hora del sábado, una vez que finalice la vigencia del actual decreto de necesidad y urgencia emitido por la Nación y arranque una nueva etapa de restricciones dispuestas para contener los contagios.
Los alcances fueron evaluados por Rodríguez Larreta y parte de su gabinete de ministros en la sede del Ejecutivo del barrio de Parque Patricios, desde donde se monitorearon los datos epidemiológicos de la pandemia en la Ciudad,que este miércoles reportó en su informe diario 3.328 nuevos casos y 53 muertes por Covid 19.
La medida de mayor impacto es el «cierre total los fines de semana» con un esquema en el que solo podrán abrir los comercios considerados esenciales, como supermercados y farmacias, en tanto que a los locales de gastronomía se les permitirá funcionar, exclusivamente, con el servicio de «take away» o «retiro en el lugar» y a través de los deliveries.
Las nuevas restricciones apuntan a limitar al máximo la circulación de personas los sábados y domingos ya que solo estará habilitada la circulación para los trabajadores esenciales y a desalentar las reuniones sociales y familiares en lugares cerrados que suelen ocurrir durante el fin de semana.
De lunes a viernes, en tanto, el análisis contempla que la actividad gastronómica de bares y restaurantes pueda funcionar con una atención de los clientes en las mesas situadas en los espacios exteriores, como veredas y plataformas.
Además, para los comercios no esenciales, entre los que están los rubros de indumentaria, se prevé que trabajen solo desde la puerta de ingreso y que los clientes tengan prohibida la entrada al interior de los locales.
Por otra parte, las autoridades porteñas pusieron el foco en lo que ocurre en los parques y plazas de la Ciudad, donde la gente se reúne a hacer actividad física, pero donde también se observan celebraciones familiares y reuniones que exceden la cantidad de diez personas, el tope establecido para los encuentros al aire libre.
Por ello, se avanzó en la idea de clausurar los patios de juegos de los espacios verdes para desalentar las reuniones y encuentros sociales en esos sitios.
El paquete de medidas comenzaría a regir desde las cero hora del sábado, una vez que finalice la vigencia del actual decreto de necesidad y urgencia emitido por la Nación
Para garantizar el cumplimiento de las restricciones en la circulación, la Ciudad desplegará operativos de control en los espacios públicos y en las calles que alcanzará a 5.500 agentes de prevención que estarán encargados de evitar las aglomeraciones y del cumplimiento de los protocolos de higiene y cuidado.
Voceros del Ejecutivo porteño indicaron que habrá leves cambios en el esquema actual de la presencialidad escolar, por lo que ratificaron la continuidad de la educación en las aulas para los alumnos de los niveles maternal, inicial, primaria y especial.
Para el nivel medio, que en la actualidad mantiene un sistema mixto que combina la presencialidad con la virtualidad, se proyecta pasar a la educación remota por completo.
El ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, afirmó que el Gobierno de la Ciudad está en «alerta» por la curva de contagios ascendente, pero consideró que «no hay que penalizar al ciudadano» sino propiciar encuentros en lugares «más seguros», para evitar la multiplicación de casos de coronavirus.
«Los encuentros en lugares cerrados, sean laborales, familiares o sociales, donde hay más de dos o tres personas que están más de 15 minutos reunidas son el motivo principal de ese repunte de casos», explicó.
Sin embargo, juzgó que «luego de un año y medio, la capacidad de la gente de cumplir la normativa se va perdiendo por múltiples motivos: psicológicos, sociales, laborales, emocionales, económicos».
«Creo que no hay penalizar al ciudadano. Lo que hay que hacer es buscar un lugar más seguro», detalló Quirós y postuló: «Si necesitamos encontrarnos, el barbijo bien puesto y todo lo que podamos hacer en lugar abierto».