El abuelo que se convirtió en cura a los 73 años en el 2013 hoy pasó a la «vida Eterna».
La triste noticia se conoció esta mañana, las redes sociales mostraron inmediatamente fotos y recuerdos de su paso por la Parroquia de Saldungaray. Había tenido una compleja intervención quirúrgica hace 15 días. Cumplió 80 años el pasado 31 de agosto.
Esperaba desde setiembre del 2012 que el Vaticano destrabara su condición de diácono permanente. La noticia que tanto ansiaba le llegó el 19 de marzo del 2013, el mismo día que Jorge Bergoglio se transformó en el Papa. Toda una señal para Juan Carlos De Piazza que, a los 73 años, viudo desde los 39, padre de dos hijos y abuelo de seis nietos, se convirtió el 31 de mayo de ese año en cura de la parroquia Nuestra Señora del Tránsito de Saldungaray, en el sur bonaerense, única en el país que guarda la imagen de una Virgen María recostada.
Monaguillo en su infancia, franciscano desde la adolescencia y miembro del movimiento familiar cristiano una vez casado con Mirta, De Piazza siempre estuvo vinculado a la Iglesia. Después de que su esposa falleció en un accidente de tránsito, en 1979 el obispo Rómulo García se lo llevó como su secretario desde Mar del Plata –donde fue visitador médico, practicó karate y atendió un kiosco– a Bahía Blanca. Allí comenzó a estudiar Teología y se consagró como diácono. “Todos me preguntaban cuándo iba a dar el paso para pedir ser cura, pero yo los frenaba”, recordó. En abril del año pasado, un viaje a la Virgen del Cerro en Salta, al que no quería ir, le dio el impulso final. “Había como 5.000 personas. Me impresionó mucho la gente, su manifestación de fe y las vivencias en el micro”, le reveló a Clarín. De regreso al pueblo de Saldungaray, en el que se asentó hace 6 años, rezó y rezó hasta que se decidió a hablar con su actual arzobispo. “Te estaba esperando”, le dijo monseñor Guillermo Garlatti, quien lo ordenara sacerdote.
Desde ese momento, quedó a cargo de las tres capillas de esa jurisdicción parroquial, enclavada en las estribaciones de las Sierras de la Ventana.
Su nombramiento, una de las últimas decisiones de Benedicto XVI antes de su retiro, generó tanta algarabía en la población de 1.300 habitantes que la ceremonia se realizó en el gimnasio del colegio Fortín Pavón donde mas de un millar de personas participaron.