El tratamiento del decreto que amplió los fondos para la SIDE es otro de los temas que astilla la interna radical. Encuentro Federal quedó herido después de la sesión y está incómodo en el escenario actual.
La votación en el recinto del proyecto para declarar a la educación como “servicio estratégico esencial”, imponiendo límites al derecho a huelga docente, volvió a marcar diferencias dentro del bloque radical de la Cámara de Diputados.
Se ratifican así las dificultades para lograr cohesión interna y disciplina partidaria, a falta de un comando unificado de conducción.
Quienes se opusieron a levantar la mano a favor de la iniciativa que pone en jaque el derecho a huelga fueron Facundo Manes, Pablo Juliano, Marcela Coli y Roxana Reyes.
Además se abstuvo Fernando Carbajal, quien también mostró sus reparos al hecho de limitar los paros docentes para exigir mejores condiciones laborales.
Estos diputados y un puñado más (Manuel Aguirre, Jorge Rizzotti y Pedro Galimberti) son los que hicieron rancho aparte la semana pasada para firmar un pedido de convocatoria a sesión especial junto a Encuentro Federal y la Coalición Cívica para derogar la ampliación presupuestaria para los fondos reservados de la SIDE.
Este proyecto no tiene dictamen, y por ende requeriría de una mayoría especial imposible de lograr para tratarlo en el recinto, pero al menos sirve para poner el tema sobre la palestra.
Este es indudablemente otro de los temas que tensiona la interna radical. El presidente de la bancada, Rodrigo De Loredo, y muchos de quienes lo siguen en el bloque prefieren no agitar olas en el recinto para no seguir astillando la relación con el oficialismo y que la cuestión se trate en la comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia.
Este cuerpo estaba paralizado por la falta de acuerdos en torno a su integración, pero finalmente se citará el martes que viene a las 16.
La decisión de activar esta célula dormida tiene que ver quitarle quitarle argumentos a quienes desean apurar el tratamiento en el recinto.
Se sabe que el oficialismo quiere evitar a toda costa que la oposición convoque a sesiones sin su consentimiento y con agendas que molestan o tocan los intereses del Poder Ejecutivo.
De Loredo todavía se cuida de no herir por demás la susceptibilidad del Gobierno y por eso contiene lo más que puede las presiones de autonomía de algunos de sus miembros.
Si rompe con el oficialismo y empieza a actuar en el Congreso sin importarle lo que se espera del radicalismo desde la Casa Rosada, no van a faltar quienes los acusen de ser funcionales al kirchnerismo, la supuesta mancha venenosa. Es un precio muy alto a pagar para el cordobés, que siempre tiene un ojo puesto en lo que espera su electorado.
El tratamiento del tema SIDE en la bicameral de Inteligencia, sin embargo, tiene tiempos bastante más dilatados de los deseables en términos de poder dejar el proyecto en la rampa de entrada al recinto.
Esto conspira contra la suma urgencia que tiene el asunto, toda vez que tomó estado público que ya se «patinó» el 80% de los más de 100.000 mil millones de pesos de presupuesto para la nueva estructura de la SIDE.
La olla fue destapada por el diputado de la Coalición Cívica Maximiliano Ferraro, en un tuit muy comentado en el mundo de la política.
«Para operaciones de la SIDE, ‘sí hay plata'». Ya se ejecutaron 80 mil millones», denunció el legislador.
Y amplió: «En sólo tres semanas, se ejecutó el 80% de los 100 mil millones de pesos asignados a gastos reservados y secretos de la Secretaría de Inteligencia, fondos que el Gobierno se autoasignó a través de un DNU. Estos fondos se están utilizando sin control ni justificación legal alguna, con absoluta discrecionalidad. Están dilapidando 3 millones de dólares por día en espionaje. Esto, además de peligroso, es profundamente inmoral».
En Encuentro Federal también hay tensiones e incomodidad creciente
El bloque que preside Miguel Pichetto no está exento de tensiones. Este bloque jugó una carta fuerte al convocar a una sesión especial para este mismo jueves con el tema, pero perdió la apuesta. Nicolás Massot, uno de los referentes de la bancada, planteó en la noche del miércoles una moción para ir a un cuarto intermedio y retomar la sesión del oficialismo la semana que viene.
De votarse afirmativamente, le habría dado la oportunidad de sesionar el jueves en torno a los fondos para inteligencia. Pero no dieron los votos y tuvieron que reprogramar el pedido de sesión para el miércoles próximo, un día después de que se reúna la bicameral de Inteligencia.
El bloque ya había intentado sabotear el quórum de la sesión del miércoles, pero a diferencia de la semana anterior no lo logró. Aquella vez habían sacado pecho y le recomendaron al oficialismo que dejara de subestimarlos por ser una bancada de 16 integrantes. El argumento, razonable en ese momento, se desinfló ayer luego de que La Libertad Avanza pudiera lograr el quórum sin Pichetto.
El rionegrino tenía una fuerte influencia sobre el bloque Innovación Federal de ocho integrantes que preside Pamela Calletti, e incluso hasta hace pocas semanas habían gestiones muy avanzadas para integrarse en un interbloque.
El acuerdo perdió fuerza a medida que Innovación Federal acentuó su rol de aliado colaborador del Gobierno, mientras que por el contrario Encuentro Federal acentuó su impronta de confrontación opositora.
No pasó desapercibido, por ejemplo, que Massot votara junto al kirchnerismo en la bicameral de Trámite Legislativo sobre el DNU de la SIDE. Y también la jugada de Encuentro Federal para dejar sin quórum las últimas dos convocatorias del oficialismo (la primera con éxito y la segunda sin).
El bloque de Pichetto también parece haber perdido influencia sobre la Coalición Cívica, que funcionaba hasta hace poco como prima menor.
La bancada referenciada en Elisa Carrió era parte de Hacemos Coalición Federal pero tomó un rumbo independentista para sincerando las diferencias con el pichettismo.
Aún así, persistían modus operandi similares y puentes de coordinación, especialmente en la forma de relacionarse con el oficialismo.
Esta supuesta coordinación entre ambos bloques quedó definitivamente desmentida en la última sesión, cuando la Coalición Cívica no pestañeó en la decisión de aportar al quórum.
A Encuentro Federal se lo observó incómodo desde el comienzo de una sesión que para empezar quiso que no se llevara a cabo, y luego intentó sin éxito interrumpirla con un cuarto intermedio.
Pero además sus miembros se dividieron a la hora de votar la esencialidad educativa. Mientras que un sector acompañó la medida, diputados como Margarita Stolbizer, Natalia de la Sota, Mónica Fein y Esteban Paulón votaron en contra por entender que se estaban cercenando derechos laborales de los docentes.