Esta suba sostenida fue impulsada por la construcción y maquinaria agrícola, en lo que ya se considera un «crecimiento genuino» y no solamente un «rebote», según coinciden consultoras y titulares de las cámaras de ambos sectores.
La inversión bruta fija (IBF) lleva seis trimestres consecutivos de crecimiento interanual impulsada por los sectores de la construcción y de la maquinaria agrícola, en lo que ya se considera un «crecimiento genuino» y no solamente un «rebote» en relación con la caída de los inicios de la pandemia.
Así lo sostuvo en declaraciones a Télam el economista Orlando Ferreres, presidente de la consultora homónima, en un análisis avalado por los titulares de las cámaras de los dos sectores señalados, como Gustavo Weiss (Cámara Argentina de la Construcción) y Eduardo Borri (Cámara Argentina Fabricantes de Maquinaria Agrícola).
Ferreres, quien fuera secretario de Programación Económica del ministro Néstor Rapanelli en 1989, sostuvo que «hay un crecimiento genuino de la inversión» basado en un aumento de la demanda, y alentado a su vez por lo que caracterizó como «una especie de subsidio indirecto» representado por la brecha entre los diferentes tipos de cambio.
Esa diferencia, indicó, impulsa la importación de bienes de capital, un fenómeno que se atenuó en parte por los efectos de la invasión rusa a Ucrania en el costo del transporte y la utilización de los contenedores.
Si bien el nivel cercano al 20% del Producto Bruto Interno (PBI) aún está por debajo del «deseable» del 25%, el economista advirtió que el porcentaje es «bastante importante» si se considera la baja del consumo respecto de años anteriores.
La inversión bruta fija no estuvo exenta de la caída que registró la actividad económica en general en los primeros tramos de la pandemia, con retrocesos interanuales del 29,4% y del 16,4% en el segundo y tercer trimestres del 2020, respectivamente, según la medición de Ferreres.
La reversión de esa tendencia comenzó en el último tramo de ese año, con una mejora del 5,1% respecto del cuarto trimestre de 2019, a lo que siguió una serie de crecimientos de dos dígitos, al amparo de la baja base de comparación que había dejado 2020.
Así, el incremento interanual de la IBF fue del 20,5% en el primer trimestre de 2021, del 36,9% en el segundo, del 21,3% en el tercero y del 16,8% en el cuarto.
Por entonces, la duda entre los analistas pasaba por si en 2022 se iba a poder continuar con la tendencia positiva, teniendo en cuenta que ya no se contaba con los magros niveles de 2020 como punto de comparación.
Maquinaria agrícola
Es precisamente por el crecimiento del 14,7% del primer trimestre (con una inversión estimada en US$ 7.263 millones mensuales) que Ferreres considera «genuino» el aumento de la IBF y, en cuanto al impulsado de la demanda, puso como ejemplo el sector de la maquinaria agrícola, con unidades que «hasta octubre no se pueden entregar».
Al respecto, Borri se entusiasma y asegura que, en el caso de la maquinaria agrícola, «podríamos ampliar el crecimiento del sector a más de seis trimestres», ya que «desde hace nueve trimestres que viene creciendo a un ritmo del 20% anual en ventas y producción».
«Al principio la demanda era grande y las empresas no estábamos preparadas para afrontarla», admitió el titular de Cafma, quien señaló que luego «las empresas empezaron a prepararse y posiblemente ahora estemos con una capacidad instalada mayor a la demanda, pero tenemos un stock de ventas importante».
Borri también destacó que en el sector «estamos generando alrededor de 5.500 puestos de trabajo directos por año», y advirtió sobre uno de los cuellos de botella en lo que denominó ´el interior del interior´: «estamos con escasez de mano de obra, nos cuesta conseguir gente».
En ese sentido, indicó que «el año pasado aumentamos un 60% las exportaciones, si bien sobre valores relativamente bajos, y pasamos de US$ 50 millones en 2020 a US$ 80 millones en 2021».
«En este trimestre estaríamos acusando un aumento del 35% en las exportaciones, que nos permite proyectar un nivel de US$ 110 millones para todo el año», agregó.
Construcción
Por su parte, Weiss destacó que la actividad de la construcción «está creciendo desde junio de 2020, poco después del inicio de la pandemia, porque la obra pública estuvo exenta del decreto de confinamiento».
Asimismo, en un fenómeno simultáneo al de la irrupción de Covid-19 y el replanteo de las modalidades de trabajo, Weiss advirtió que «al amparo de la brecha entre las distintas cotizaciones del dólar, la gente empezó a ver con buenos ojos la posibilidad de construirse una casa en un barrio cerrado o alejado de las grandes ciudades, o simplemente refaccionar su casa».
De esa forma, sostuvo, el sector está traccionado por la obra pública y los pequeños emprendimientos privados, en tanto «la obra privada grande está un poco más tranquila, pero en su conjunto la industria está en niveles importantes».
Borri apuntó también la importancia de la sustitución de importaciones y dijo al respecto que «en algunos rubros, en el último año de (la Presidencia de Mauricio) Macri trabajaban con un 70% de producción local y un 30% de importación. Hoy esa relación es del 90% y 10%».
No obstante, expresó sus precauciones sobre la continuidad de esa mejora, en función de la dependencia de insumos importados.
«Hasta ahora no estamos viendo complicaciones significativas y en el primer trimestre tenemos un crecimiento del 17%, aunque podría pasar que estemos produciendo con insumos adquiridos en 2021 y todavía no haya un impacto real», admitió.
En el mismo sentido, Ferreres prevé una desaceleración del crecimiento del índice de inversión para los próximos meses, en los que la atención «estará puesta en los indicadores internos como el tipo de cambio, la inflación y la evolución del consumo, y en los factores geopolíticos externos».