«El Gobierno puede garantizar que no va a faltar gas en invierno», señaló la portavoz presidencial Gabriela Cerruti, quien no obstante indicó que existen inconvenientes a escala internacional por la guerra en Ucrania.
La mayor producción interna de gas, especialmente en el área de Vaca Muerta, Neuquén, permitirá que este año la Argentina tenga que importar menos de este combustible respecto de períodos anteriores, en un contexto en el que la guerra entre Rusia y Ucrania generó un fuerte aumento en los precios internacionales de la energía.
La portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, aseguró en su habitual conferencia de prensa de los jueves que «no va a faltar gas en invierno» y que este año la Argentina tendrá que importar «bastante menos» debido al aumento de la producción interna de este combustible, a raíz del «crecimiento de la explotación en Vaca Muerta».
«El Gobierno puede garantizar que no va a faltar gas en invierno», aseveró Cerruti, quien no obstante indicó que existen inconvenientes a escala internacional porque «la realidad es la realidad y hay una guerra» entre Rusia y Ucrania, que incide tanto en el abastecimiento como en los precios de los hidrocarburos.
«El Gobierno puede garantizar que no va a faltar gas en invierno»
Los últimos datos oficiales de la Secretaría de Energía dan cuenta de una producción total de gas en enero de aproximadamente 130 millones de metros cúbicos por día, lo que significa un crecimiento del 12% respecto del mismo mes del año pasado.
De ese total, 69 millones correspondieron a producción no convencional, que alcanzó en el primer mes del año su máximo histórico, con un crecimiento del 2% respecto de diciembre y de 42% en relación con enero de 2021.
Cerruti adelantó que «la próxima semana» va a haber «novedades» sobre las negociaciones que están llevando a cabo el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el secretario de Energía, Darío Martínez, para garantizar el abastecimiento tanto para el consumo residencial como para la industria y el agro.
Precisamente, Martínez había señalado el mes pasado que «desde que se implementó el Plan Gas.Ar se están dando números máximos de producción de no convencional y eso significa más gas argentino, producido por trabajadores argentinos, con pymes nacionales que aportan tecnología y valor agregado».
Martínez puntualizó que «la puesta en marcha del nuevo gasoducto Néstor Kirchner va a permitir poder escalar esa producción, aumentar las exportaciones, sustituir importaciones con gas argentino y generar miles de puestos de trabajo».
Cerruti sostuvo que «el Gobierno entiende que todavía no hay faltante de gasoil», ante la requisitoria periodística sobre presuntos problemas de abastecimiento en algunas provincias.
En cuanto al costo de los envíos de barcos regasificadores, remarcó que «los fondos (para pagarlos) van a estar», y que el Gobierno «está haciendo todo lo necesario» para asegurar el abastecimiento.
En otro orden, al referirse a las operaciones de venta de combustible de particulares a otros países en zonas de frontera, dijo que «es un tema que tiene que ver con cuestiones de seguridad», que le atañe a «Gendarmería y los gobiernos provinciales».
Por otra parte, consideró «muy alentador» el ofrecimiento expresado por el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, de realizar tareas coordinadas con el Gobierno para hacer frente a eventuales problemas en la provisión de gas.
En ese mismo sentido se había expresado el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien señaló en una conferencia de prensa que «la Argentina necesita comprar un 10% a 15% de su consumo de gas de invierno, pero cuando tengamos claro esa disponibilidad, el faltante es lo que vamos a coordinar con el sector industrial para optimizarlo y esperamos que sea con el menor impacto posible».
Este año, la Secretaria de Energía prevé un complejo escenario a raíz no sólo de los precios del Gas Natural Licuado que importa para completar la oferta doméstica, sino también la menor disponibilidad del recurso a nivel global por la guerra entre Rusia y Ucrania y por la reducción de la producción de Bolivia.
A esto se suma una menor disponibilidad y una alta volatilidad en los precios del gasoil y el fuel oil, combustibles que se utilizan para suplantar el gas en las centrales térmicas de generación eléctrica.
Otro elemento es la baja hidraulicidad de las principales cuencas que alimentan las represas hidroeléctricas, por la sequía.
En este contexto, Kulfas explicó que «para anticipar los faltantes de los próximos meses hay que esperar los análisis que tienen que ver con las compras», que concreten la Secretaría de Energía y la empresa Integración Energética Argentina (Ieasa, ex Enarsa).
«En función de cuánto consiga el país y los precios, se podrá tener mayor claridad en cuanto a la disponibilidad», señaló el ministro al plantear que el Gobierno espera «abastecimiento pleno», o en su defecto que «la escasez sea la mínima posible y poder administrarla con el sector».