Mercedes Willich se identifica especialmente con dos objetos que sobresalen a un montón de material que atesora el museo histórico «Sendero de loa Recuerdos».
Locuaz y entusiasta, la docente y propietaria del museo identifica una pala con mango de madera y una piedra que ofició de Lápida en la tumba de un marino alemán del Graf Spee, como los objetos mas llamativos de su colección.
«En general cuando la gente entra a la sala del hotel, algunos ponen cara de asombro,¡¡ wow!!, una cosa así; otros son menos expresivos, pero la historia del hotel le gusta mucho a la gente y bueno, a todos nos da también mucha pena que haya terminado como y que esté como está, a mí particularmente.» expresaba Mercedes en la charla radial de esta mañana en el programa «Un Mate y un Café».
Sin embargo, no tardó en elegir y destacar: «lo que más me gusta me parece es una pala, es una pala inglesa y esa pala me remite a los principios, tiene que ver con la construcción del hotel y esa pala tiene un mango de madera, que es un mango de una sola pieza, cómo se ha mantenido en el tiempo»; sin dejar de apreciar que hay toros objetos que le gustan.
También, de los años que lleva guiando a los visitantes a través de las salas del museo pudo diferenciar: «por ahí la gente también les gusta mucho escuchar la parte de la segunda guerra mundial y cuando estuvieron los alemanes en el hotel, esto les llama mucho la atención» señaló
Fue precisamente esto que llevó a Willich a agradecer a la gente de Atucos, la Asociación de Turismo Comunitario de Saldungaray, por un encuentro y la entrega de un valioso material : » acá tenemos la lápida de una tumba de un marino, del Graf Spee que, bueno, fue a parar a los escombros en el cementerio de Saldungaray. Dos vecinos se acercaron al cementerio, rescataron la lápida y un día nos la trajeron acá al museo, así que la tenemos acá, en la galería y claro, a esa lápida le falta una parte, que es una placa, la placa recordatoria del dueño de la tumba.» detalló.
Pero el hecho relevante de esta historia es que: «las chicas de la Asociación de Turismo de Saldungaray tenían en su poder esa plata, porque la persona que rescató la lápida hizo en su momento una división, digamos, dejó la placa en Saldungaray, en la oficina de turismo, pensando que el día que hubiera un museo allá y trajo acá la lápida.
Resultó que Constanza Del Río, actual presidenta de ATUCOS, de visita por el museo, vio la historia y recordó que ellos tenían en guarda la placa y decidieron entregarla.
Mercedes explicó entonces: » me hicieron un documento donde dice que la Asociación de Turismo entrega en guarda la plata recordatoria de Gerardo Ludwig a la señora Mercedes Willich, dueña del Museo Sendero de los Recuerdos de la localidad de Villa Ventana, para que lo resguarde en el mismo, colaborando de esta manera con el museo que preserva la historia del lugar. Como este señor, Gerardo Otto, estuvo acá en el hotel, después vivió en, bueno, vivió en Sierra de la Ventana, pero también anduvo por acá, por Villa, era como que, bueno, teníamos que juntar la historia.» destacó.
La lápida y un secreto entre luces
En esta historia hay también un detalle, que solo la luz del sol o la penumbra develan a quien se para frente a la lápida de Ludwing, y Willich la describe: » Y en la lápida está la Cruz de Malta. La Cruz de Malta la utilizan los alemanes» cuenta, «Entonces, en la mitad de la Cruz de Malta, si uno mira de frente, se ve la Cruz de Malta sola, pero si uno la mira de reojo y alguien te alumbra con una linterna, con un teléfono, enseguida, en la mitad de la Cruz de Malta, aparece grabadita para dentro una fecha. ¿Qué fecha es la que aparece grabada? La fecha de la batalla del Río de la Plata, el 13 de diciembre de 1939.»
Y además describe:» Entonces, cuando termina la visita, como yo cuento eso, todos al terminar la visita sacan el teléfono, van afuera, se ponen de acá, se ponen del otro lado, hasta que encuentran la fecha, porque de frente no se la ve.»
Para finalizar el recorrido, nuestra entrevistada agrega: «Y tenemos una sala nueva en el museo, hace un año atrás que la hemos inaugurado, esa sala todo el mundo no la conoce, y con esa sala nos hemos adherido a un museo virtual, que es el Museo del Turismo. Nosotros somos la sala 40, pero es un museo que si uno lo busca en internet, pone Museo del Turismo, va a ver que tiene más de 100 salas dispersas en distintos lugares del mundo. La mayor cantidad de salas por ahí están en España, porque la propuesta surgió en España, pero hay salas en Italia, en la India, en Alemania, en Berlín, en Moscú, en Japón, en Brasil, en Montevideo hay otras, y acá en la Argentina tenemos una sala en Córdoba, tenemos una acá, y otra en Buenos Aires.»
Para finalizar dice: «En el caso mío, la sala está dentro del Museo Histórico de Villa Ventana, pero en otros casos está por ahí en una universidad, o está en una biblioteca grande, o está en una casa de las que extienden pasajes para el turismo, una casa importante, grande, están en distintos lugares relacionados con el tema del turismo. Y cada vitrina o sala cuenta la historia del turismo en el lugar donde se encuentra la sala. O sea que la sala 40 cuenta la historia del turismo aquí en la comarca, aquí en el partido de Tornquist.» finalizó.