Diego Velázquez, Licenciado en Psicología, profesor universitario y miembro del Colegio de Psicoanalistas, explica sobre FM Reflejos sobre las consecuencias a nivel psíquico que traen las catástrofes naturales y sociales como la inundación de Bahía Blanca y la zona.
«Estas son catástrofes muy objetivas. En situaciones como estas, lo que impresiona es que tiene un carácter universal. No hay manera que no sea traumático, de que a alguien no le afecte. Puede haber variaciones en el nivel de afectación, pero es universal para todos los que están implicados en la situación, esto es un golpe durísimo» afirma el Licenciado sobre las inundaciones en Bahía Blanca y la zona.
«Hay un nivel de dolor y de pérdida que sólo se puede ir amortiguando con el tiempo» se refiere a que poco se puede hacer luego de sufrir alguna situación así más que poder atender a la posterioridad a la salud mental, aunque menciona que lo positivo es que estas circunstancias activan dinámicas de colaboración y solidaridad entre todos los afectados.
«Las defensas en parte son necesarias, porque no se puede hacer otra cosa. El problema es cuando no queda nada de dónde agarrarnos» menciona en referencia a aquellas personas que han tenido grandes pérdidas económicas pero agradecen no haber perdido seres queridos, por ejemplo. Además, en cuanto a la violencia que se experimenta en la ciudad, afirma: «En parte es lógico, pero en parte ahí tiene que ver con las instituciones que puedan morigerar esto. Una situación de estas desata la supervivencia egoísta y ni siquiera puede agarrárselas con los verdaderos victimarios de esto, sino también con otras víctimas».
El Licenciado sugiere tratar de no juzgar a las personas en cuanto a sus reacciones ya que «nadie sabe cómo reaccionaría ante circunstancias así, tan bruscas».
«Tiene que ver con el paso del tiempo y con los recursos psíquicos con los que contaba la persona ya antes, recursos para afrontar las adversidades de la vida» responde cuando se le consulta sobre si se pueden calcular de alguna manera las consecuencias de esta catástrofe en la salud mental de la gente. «Pero ante una catástrofe social de esta magnitud, podemos decir que deberíamos tener los mismos parámetros, pero en parte también es como una herida mucho más profunda e incurable que las otras, por las circunstancias en las que se puede perder a un familiar en catástrofes así» hace referencia a aquellas personas que han perdido a sus seres queridos. «A veces es muy difícil poner un parámetro de cómo se repara. Por supuesto que existe la posibilidad, pero entiendo, en general, que los tiempos y la necesidad de ayuda son otros. Acá es necesario el Estado y la presencia fuerte de instituciones».
Asimismo, Diego comenta que el hecho de haber pasado por estas situaciones ya en reiteradas ocasiones y en tan poco tiempo, continua castigando la psiquis de los vecinos bahienses. «Desconozco los dispositivos y las estrategias de los colegas especialistas en este tipo de catástrofes. Desde el sentido común, no te dan tiempo a levantarte» expresa.
«Es impensable que no haya profesionales y especialistas apoyados por el Estado y las instituciones. En este caso, si hay algo que no puede faltar es la intervención Estatal y los especialistas en estas cosas. Pueden faltar los profesionales particulares, pero no puede faltar la asistencia pública» opina sobre la posición del gobierno nacional de desmantelar los recursos nacionales para hacer frente a las catástrofes y situaciones de emergencia. «Espero que la población no vea bien el discurso de ‘que se arreglen’, me parece que esto ya no está tan bien visto» hace referencia a los dichos del Presidente Javier Milei sobre la tormenta de diciembre del 2023.