Hace un mes y medio vienen reclamando recomposición salarial y mejoras en los ámbitos laborales. Indican que las matrículas caen año a año y esto podría generar una situación crítica en el corto plazo.
A través de una pregunta simple un debate cada vez gana más lugar en los medios y en la opinión pública: ¿Podría Argentina quedarse sin pediatras?
Este interrogante nace por dos factores muy palpables que hace un mes y medio tomaron forma de reclamo, y en donde quedó al desnudo un gravísimo problema el cual de no atenderse a tiempo generaría inconvenientes serios en el corto plazo.
Según explicaron distintas fuentes consultadas, hoy un médico residente gana entre 110 y 130 mil pesos al mes, a razón de 300 pesos la hora. Tras una formación de ocho años, ese paso en su carrera académica le llevará otros cuatro, con jornadas de 12 horas y guardias de 24.
Son varias las organizaciones que están viendo de manera preocupante que al margen de los sueldos bajos, los cuales son uno de los motivos de reclamo en la calle, los espacios físicos en dónde se desempeñan están lejos de ser aptos. Ni siquiera acordes a la función que desarrollan.
Este caldo de cultivo que se viene gestando hace un tiempo, donde la recomposición salarial ocupa una de las patas de la mesa, ha llevado a una merma considerable en las matrículas de medicina, especialmente en las de pediatría.
Sin el caudal histórico de jóvenes estudiando, claramente el número de recibidos también caerá, y en poco tiempo esto impactará de forma directa en la atención de la salud pública. Una de las aristas que ya comenzó a asomarse y tiene ligazón directa es vinculada con las vacantes que no se toman.
En palabras simples de entendimiento común; por esa plata, con el desgaste y la responsabilidad que representa, nadie quiere agarrar.