Felipe Flores fue el fabricante del exocet a escala que se volvió viral en las últimas horas, y que durante el pasado domingo voló por algunos momentos en un predio privado cercano a la localidad. “Está hecho todo por mí” comentó.
No fue un domingo más para los vecinos de Coronel Pringles. Es que tras muchos meses de arduo trabajo y dedicación plena, Felipe Flores hizo volar el misil exocet que fabricó a escala.
Según comentó, “no creía que iba a tener esta repercusión. Hace diez años que no fabricaba algo similar, pero vengo haciendo pruebas y fabrico estas cosas. Soy aeromodelista y piloto de paratrike. La instrucción la hice ahí en Sierra de la Ventana”.
Rememorando este hecho, contó que “hace ocho meses que venía armando este misil. Hubo mucha presión en el último mes por el tema del lanzamiento. Se complicaban muchas cosas porque esto lo estuve organizando solo. Me salió bastante caro hacer el fuselaje. Está hecho todo por mí”.
Sobre el día a día, Felipe confirmó que “tuve que comprar cosas especiales, por eso se me hizo caro hacerlo. Mucho tiempo atrás fabriqué réplicas del cohete Saturno a escala. También intenté hacerlo volar pero lamentablemente fallaba. No lo pude hacer funcionar. A pedido de la gente de ese tiempo, lo volví a intentar”.
De igual manera, y recapitulando, aclaró que “se me ocurrió en este último tiempo, a pedido de la gente, ya que hice una encuesta en Facebook. Saqué los planos de internet. De a poco empecé a comprar las cosas, los pegamentos para alta temperatura… no me fue barato el tema. Pero pude terminarlo, pude lograrlo, pero tuve mucha presión de la gente de Pringles por el lanzamiento. Lo tuve que posponer varias veces por fallas que tenía”.
Previo al lanzamiento “lo presenté en la plaza San Martín acá de Pringles. Muchos chicos se sacaron fotos. Fue algo muy lindo. Los medios de acá me apoyaron un montón. Pero luego llegaba el momento de hacerlo volar. En mis vivos de Facebook le explicaba a la gente que no era una cañita voladora… era algo que tenía que salir bien. El domingo me cedieron un espacio privado y apareció muchísima gente”.
En otro pasaje de la charla aclaró que su creación guarda una “relación de 1/6 al que llevaban los aviones en Malvinas”.
Sobre el componente más delicado, Flores aseguró que fue “el tubo de aluminio que lleva por dentro es lo que más me costó. Costó mucho sellarlo, porque tenía que aguantar una presión de 80 libras más el combustible y eso podía reventar en el lugar. Hasta último momento estuve a punto de suspenderlo porque se levantó un viento tremendo. Como se acercó tanta gente no lo podía suspender”.
Por último reconoció que “si bien la capacidad es de tres litros y medio de combustible, solamente le puse medio litro para que haga un vuelo cortito. Con la capacidad plena hubiese volado 250 metros, pero no me quise arriesgar”.