Vecino de Sierra de la Ventana desde su infancias, practica la pesca con mosca desde niño y describe como era la comarca en sus mejores tiempos y como se fue perdiendo la trucha arco iris en las sierras de nuestra comarca.
Foto en un cuadro con una trucha en Parque Norte.
«Tengo 72 años y pesco en Sierra de la Ventana desde que tengo 12 años. Empecé pescando en el Maitén, mis primeras truchas las pesqué con lombrices» se presentó Carlos. Carlos menciona que a los 16 años su padre le regaló una caña de mosca de bambú japonesa. «Conseguí el resto de los elementos y aprendí a pescar solo, acá en el Sauce Grande».
Carlos comenta que ocurrió que, con los años, empezó a notar la disminución de truchas en los arroyos de la zona. Fue entonces, que dejó de matarlas y empezó a devolverlas al agua. «Hoy es imposible encontrar una trucha en el Sauce Grande» expresó.
Continuando con la temática, Carlos sostiene que el cambio de flujo de agua en los arroyos de la zona se nota muchísimo y lo califica como «alarmante». Explicó que los arroyos que están en lugares de poca actividad humana, como el Sauce Chico y el Negro, no han presentado muchos cambios. En cambio, el Sauce Grande si. «Lo paso con el auto como si nada, en otra época anda a cruzar el Sauce Grande».
En el Video se observa a Carlos capturando una trucha de gran porte en el Río Sauce Grande.
Carlos explicó que la trucha fue traída por quienes construyeron el Ex Club Hotel en su momento, ya que la especie no es autóctona de la zona del distrito de Tornquist. «Como venían muchos europeos al hotel, querían hacerlos sentir que estaban en Europa. Las primeras truchas que llegaron al país son las de Sierra de la Ventana. La primeras se implantaron alrededor del 1908 o 1909» comentó.
A pesar de no ser autóctonos, Carlos explica que las truchas jamás han «molestado» a la fauna ictícola de la región, ya que se alimentan de cosas diferentes. «Su alimento es a base de ninfas, de bichos como la polilla que están un año en forma de larva, suben hasta la superficie y sale volando. En ese momento, la trucha de las come. El bagre, por ejemplo, se las come en el fondo del agua, cuando son larvas».
A diferencia de la trucha, Carlos menciona que la carpa, otra especie de pez, es bastante agresiva para el ambiente de la zona. «La carpa chupa el barro, lo filtra y se queda con todos los nutrientes. Entonces, cuando encuentra una hueva de bagre o de trucha, se la come» continuó explicando.
Le consultamos al entrevistado de hoy qué viabilidad puede evaluar para realizar un proyecto de reflote de la piscicultura, a lo que contestó: «La piscicultura con dos técnicos y un ayudante, con eso funciona. Pero lo primero que hay que hacer es poner el lago para disponer de la cantidad de agua». Agregó que luego se podría sembrar en los arroyos río arriba, para que la trucha elija el mejor lugar para vivir.
«Yo no sé si llamarlo deporte, pero estado físico tenes que tener» menciona Carlos cuando explicó cómo es su manera de pescar. «Nosotros lo que hacemos es engañar al pez. Lo pescamos con un gancho que es fácil de sacar y después lo soltamos. Es hermoso soltar un pez y ver cómo se va» expresó.
Para finalizar, Carlos interpretó un poema llamado «¿Por qué soy pescador?».
Nota completa a continuación: