El impacto mediático de la reciente acusación de un adolescente sobre un famoso conductor de televisión puso nuevamente en agenda el tema de los abusos sexuales contra Niños, Niñas y Adolescentes (NNyA). Una problemática que, mediante la escucha, el asesoramiento y el acompañamiento, aborda la Línea 137 desde 2006, a través del Programa Las Víctimas Contra Las Violencias (PVCV) coordinado por Eva Giberti en la órbita del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
“Los abusos sexuales no se presentan de manera repentina y esporádica, sino que lamentablemente se repiten con una alarmante regularidad. Conocemos muchos menos casos de los que se concretan ya que existen múltiples variables que hacen que una víctima no pueda contar, verbalizar, denunciar ni manifestar que es o ha sido abusada”, explica Carina Rago, asesora general del PVCV. Desde 2017 hasta enero de 2023, la Línea 137 registró 14.912 niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual: casi 2500 víctimas por año y aproximadamente 7 por día.
Las intervenciones del Programa Las Víctimas contra las Violencias en situaciones de violencia sexual de Niñas, Niños y Adolescentes se enmarcan en el accionar de las prácticas de protección integral vigentes según la ley 26061.
“Nuestra práctica busca sostener un acompañamiento sin acciones que se tornen revictimizantes y que propicien el acceso a la justicia, el resguardo y la adecuada protección psicofísica necesaria para el NNyA”, asegura Rago.
Las profesionales, ya sea desde el call center (donde recepcionan las llamadas) o en territorio, si es que efectivamente se produjo un desplazamiento del equipo móvil, realizan una evaluación y analizan las acciones y/o abordajes necesarios en el contexto de la emergencia. El dispositivo de abordaje incluye la entrevista con sus cuidadores, realizando a su vez una primera estimación acerca de su condición de referentes de resguardo del NNyA, así como el asesoramiento y contención de estos en esa situación inicial. El contacto con los menores, en el marco de las intervenciones del PVCV, se realiza de manera espontánea, in situ y no se constituyen ni se erigen como informes periciales sino que son un primer contacto que debe evitar constituirse como revictimizante para esa subjetividad. Por último, ante la ausencia de adultos referentes, el PVCV articula con el Organismo de Protección de niñez correspondiente a fin de garantizar el cuidado del NNyA.
“Considerando la fuerte incidencia que puede tener, es preciso que el trato mediático también bogue por evitar instancias de revictimización”, alertan desde la Línea 137. Recomiendan, entre otras cuestiones: resguardar la identidad de los menores, evitar dar detalles respecto al abuso, no patologizar a los abusadores a través de calificativos como «enfermo» o dar sus datos personales e informar a las víctimas mayores de edad de los efectos de la mediatización de los casos.