La docente e historiadora reconoció que tuvieron una temporada floja en Villa Ventana. “En general la gente se asombra cuando viene al Club Hotel” remarcó.
Con marzo ya habiendo doblado la esquina y Semana Santa próxima a concretarse, aún quedan balances de lo que fue la temporada veraniega, y uno de los puntos que no tuvo el auge de antaño fue el museo de Villa Ventana.Al respecto Mercedes WIllich explicó que “bajó un 50% la visita al museo en relación a años anteriores. Los comerciantes dicen que ha estado flojo. Los rubros que más se mueven son los de comida e incluso ha bajado. La gente buscó ir menos a restaurant y se arregló con sanguches”.
Sumando a esto admitió que “el mismo feriado de carnavales en la Villa misma notabas que había menos gente. No fue como en otros años. La gente mira mucho sus gastos”.
En otro pasaje de la charla, y sobre la manera en que el turista llega al museo, afirmó que “a veces la gente escucha los comentarios cuando consulta, y ahí se entera tanto de la posibilidad de ir al Hotel, como venir al museo o las actividades de la biblioteca. La vecindad colabora en ese sentido”.
En tanto que sobre ese encuentro con la historia refirió que “en general cuando la gente entra a la sala del Club Hotel pone cara de asombro. La historia le gusta mucho a la gente y al mismo tiempo a todos nos da mucha pena cómo terminó y cómo está actualmente”.
Sobre los objetos que atesoran, “a mí lo que más me gusta es una pala inglesa que me remite a los principios del hotel, cuando se construyó. Tiene un mango de madera de una sola pieza que se ha mantenido en el tiempo. Pero hay muchos objetos que me gustan”.
Por último reconoció que “a la gente le gusta mucho escuchar la parte de la segunda guerra mundial y cuando los alemanes estuvieron en el hotel”.