Los integrantes la Selección argentina reflejaron hoy a través de sus cuentas en las redes sociales el minuto a minuto de lo que fue la previa a la caravana para festejar junto a la multitud la conquista del título mundial, lo que permitió a todos y todas ser partícipes también de la trastienda de esta jornada histórica, al punto de ver al astro Lionel Messi en la cama, durmiendo junto a la Copa.
(Télam) – «Buen día», fue la frase que eligió Lionel Messi para abrir una fecha histórica para el fútbol argentino, y la acompañó con una foto con la Copa del Mundo en la cama, y otra en el mismo lugar, ya despierto, y con un mate en su mano.
La imagen característica con la que ilustró tal vez uno de los momentos más importantes de su carrera y también de toda la generación de argentinos y de argentinas menores de 40 años, que no habían visto al seleccionado Campeón del Mundo, o apenas recordaban las gambetas de Diego Maradona en México ’86, es el ejemplo de la argentinidad que corre por la sangre del crack rosarino.
La publicación, en apenas horas, alcanzó los casi 35 millones de «me gusta», en un día en el que tocó el récord de Instagram con la foto en la el capitán de la «albiceleste» está con la Copa del Mundo en Qatar (63 millones de «likes»).
Messi vivenció su mejor versión mundialista, con siete goles (dos en la final) y su sueño de ser campeón mundial se convirtió en realidad. Sus posteos en redes sociales, al igual que el de sus compañeros, lo dejaron en claro.
Las respuestas en el comienzo del día fueron «Buen día, capitán», de Leandro Paredes; y «Buen día, mi amor», de su esposa Antonela Roccuzzo.
Messi, quien con el paso de los años se transformó de póster en bandera y ahora de bandera a tatuaje en la piel de cientos de miles de hinchas, lideró la celebración virtual pero también en el micro descapotable tomó un vaso de fernet con coca cola, como cualquier hincha.
También, como capitán y figura, Messi tuvo la Copa del Mundo en sus manos por muchos minutos en el micro, pero luego la compartió para que la muestren otros futbolistas.
Por su lado, Rodrigo De Paul, otro de los más activos en redes sociales, abrió las puertas de la intimidad con sus videos en las stories.
«Dale que vamos», posteó el futbolista del Atlético de Madrid en su Instagram, con un video en el que se veía a los atacantes Thiago Almada y a Paulo Dybala con un bombo.
«Vamos, vamos, vamos, vamos Argentina, vamos, vamos, vamos, vamos a ganar….», cantaron los futbolistas.
Luego hubo una dedicación para Brasil: «Ya lo veo, ya lo veo, si no gritamos todos, parecemos brasileros…».
Nicolás Otamendi, Ángel Di María, Cristian «Cuti» Romero y Julián Álvarez fueron los más eufóricos y participativos en el arranque de la caravana, al tiempo que De Paul se mostró con bebidas alcohólicas y a puro festejo, con Leandro Paredes de fondo, y con Lautaro Martínez al lado.
Otro que subió varios posteos fue Otamendi, con la leyenda de «Que venga el que quiera con estos dos», en una foto con el «Cuti» Romero y Lisandro Martínez, que en varios partidos fueron compañeros de zaga defensiva.
«Un equipo, un país, un sueño», escribió Otamendi, surgido en Vélez Sarsfield, en una foto en donde besa la Copa del Mundo durante el viaje de regreso en avión.
Por su lado, uno de los más queridos por la gente, Emiliano «Dibu» Martínez, utilizó la conocida frase del actor Guillermo Francella y puso: «Hermosa mañana, ¿verdad?», con un mate y el trofeo que se ganó por ser elegido el mejor arquero del Mundial.
Durante el recorrido desde el predio de Ezeiza, los jugadores nunca dejaron de cantar y celebrar. Y la canción que encabezó siempre el festejo fue la conocida como «Muchachos…», al ritmo de la banda «La Mosca».
También sorprendió la proactividad del entrenador, Lionel Scaloni, uno de los más mesurados en toda la campaña mundialista de la Argentina, quien decidió entregarse por completo al calor popular: en varias canciones, el DT hizo punta a la hora de comenzar a cantarlas, en el clima de fiesta que reinaba en la parte delantera del micro descapotable.
Con las calles colmadas de gente desde temprano, el micro salió pasadas las 11.30 desde Ezeiza. Y en cada paso que dio lo esperaban miles y miles de argentinos y de argentinas, en otra jornada plena de pasión y calor popular desde el triunfo ante Francia en Qatar el domingo pasado, que sumó la tercera Copa del Mundo para la «albiceleste».
Cuatro millones de personas en histórica e imponente demostración de agradecimiento a la selección
La Policía de la Ciudad de Buenos Aires informó a Télam que son cuatro millones las personas que se movilizaron este martes en distintos puntos, como el Obelisco porteño, la avenida 9 de Julio, la autopista 25 de Mayo, Ricchieri y la zona de Ezeiza, desde salieron los jugadores en caravana.
La concentración ya era masiva en el Obelisco en las primeras horas de la mañana y en el predio de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), en Ezeiza, donde una multitud hizo vigilia y recibió a la ‘Scaloneta’ tras su llegada al país en un avión de Aerolíneas Argentinas durante la madrugada.
Aunque inicialmente se esperaba que el micro con los jugadores llegara a saludar al Obelisco, ante la impresionante concentración de personas un tuit de cuenta oficial del seleccionado campeón informó que se modificaba el recorrido.
«Los futbolistas se acercarán a saludar a los hinchas desde la Autopista 25 de mayo y 9 de Julio, de acuerdo al circuito dispuesto por los organismos de seguridad (Nación, Provincia y Ciudad de Buenos Aires)», indicaron en la red social.
Desde entonces, la multitud se desplazó desde el Obelisco a la autopista 25 de Mayo en su intersección con la Avenida 9 de Julio, donde bajo un sol abrazador comenzaron a caminar y entonar los cánticos de aliento a la Selección, con la ya mítica «Muchachos.. » que se repetía sin cesar.
Otros grupos de amigos y familias se desplazaban del Obelisco a la Plaza de Mayo a la espera de información sobre el recorrido definitivo del micro de la Selección, con expectativas de finalmente poder ver a los jugadores.
Frente a la Casa Rosada se instalaron cuatro pantallas para que la gente pueda seguir la fiesta de los campeones, y allí el sonido era de bombos y murgas en una fiesta popular que nadie quería dejar.