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02/03/2025 |

Milei arengó a los suyos en un Congreso semivacío, pidió que le voten un acuerdo con el FMI y prometió “el final del Estado”

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El discurso del Presidente festejó el avance de su motosierra y reveló la política de diferenciación total con las voces opositoras. Planteó varias reformas pero destacó el pedido al Legislativo de un apoyo a la negociación aún abierta con el Fondo. Tuvo un cruce inesperado con Villarruel, mientras la transmisión oficial evitó mostrar a la vice. No fue Lijo.

Con el objetivo de lograr “el final del Estado”, Javier Milei inauguró este sábado por la noche las sesiones ordinarias en un Congreso que fue testigo del más puro guion libertario que se avecina para las elecciones de octubre. Reafirmó su idea de grieta insalvable con quienes no piensan como el oficialismo, hizo una fuerte arenga a los suyos que llenaron los balcones del recinto de Diputados, explicitó su distanciamiento con Victoria Villarruel y adelantó que buscará muy pronto tanto avanzar en un acuerdo con el FMI como impulsar varias reformas legislativas: desde una impositiva y laboral a una penal de mano dura para bajar la edad de imputabilidad a los 14 años.
Salvo el entredicho con Facundo Manes, Javier Milei tuvo eco entre los suyos por el faltazo del peronismo. También tuvo un chispazo con la vice, Victoria Villarruel.

El mandatario habló una hora y once minutos hacia el costado derecho del hemiciclo, donde están ubicadas las bancas de La Libertad Avanza y del PRO. Del medio hacia la izquierda, el peronismo, el trotskismo y parte del radicalismo disidente pegaron el faltazo que ya habían anticipado en la semana tras el estallido del escándalo $LIBRA y el decretazo para designar como nuevos jueces de la Corte Suprema a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla. Milei hizo apenas breves alusiones a ambas polémicas.

En el primer tramo de la intervención del mandatario fue autorreferencial y grandilocuente. Calificó su gobierno como “el mejor de la historia argentina” y afirmó una estadística difícil de comprobar: “Ya cumplimos más del 75% de nuestras promesas”. Mencionó uno por uno a sus ministros y funcionarios principales, desde su hermana Karina al jefe del Banco Central, Santiago Bausili, pasando por “el coloso” Luis Caputo o el “superlativo” Federico Sturzenegger.

Fue entonces cuando defendió la motosierra libertaria sobre el Estado y recibió aplausos por su déficit cero alcanzado por el fuerte ajuste. Dijo que su programa económico “es el más exitoso hasta la fecha”. Y agregó que se logró “sin fijar el tipo de cambio, recomposición tarifaria, ni plan Bonex”. “Ustedes keynesianos no pueden parar de llorar”, lanzó Milei para defenderse de las críticas sobre su plan económico, que logró cierto orden de la macroeconomía pero a costo de una fuerte recesión. “Desde abril que la economía no para de crecer. Hablaban de la L, de la pipita de Nike, pero fue en V corta aunque les duela a ‘unión por la plata’ o no sé cómo se llaman ahora”, dijo para criticar a la oposición peronista de Unión por la Patria.

Adelantó que acelerará en el desguace del Estado y la privatización de las empresas públicas: “Empezamos a dar los primeros pasos para privatizar a todas las empresas públicas”, prometió el Presidente, aunque se vanaglorió de haber reacondicionado las cuentas de Aerolíneas Argentinas, cuya venta el Gobierno aún no pudo concretar. Planteó que “el Estado no está para reemplazar al empresariado” y festejó los despidos a empleados públicos: “Cerramos 200 áreas del Poder Ejecutivo y echamos a más de 40.000 empleados públicos”.

 

Milei ingresó al recinto de Diputados por un costado, a la altura de las bancas, para abrazarse y tomarse selfies con el puñado de legisladores que fueron a escucharlo: principalmente sus acólitos libertarios y amarillos, aún del PRO, que le son fieles. Pasó por enfrente de los jueces de la Corte, por lo que obligatoriamente tuvo que estrechar manos con el presidente Horacio Rosatti y con el flamante ministro García-Mansilla, elegido por la Rosada por su perfil ultraconservador y antiabortista. Finalmente no estuvo Ariel Lijo, a quien el Gobierno ya considera miembro de máximo tribunal, pero que aún no juró en Tribunal. Del otro lado del estrado lo escucharon los pocos gobernadores que fueron, como el macrista Jorge Macri (CABA), el peronista no-kirchnerista Martín Llaryora (Córdoba) y el radical Maximiliano Pullaro (Santa Fe).

Con la prensa acreditada restringida a una bandeja del segundo piso, el palco detrás de Milei fue ocupado por diplomáticos y en los directos al frente suyo se vieron solo a sus seguidores: destacaron su familia, su pareja Yuyito González y el estratega de la narrativa oficialista Santiago Caputo, que tuvo a su lado al viceministro de Justicia, Sebastián Amerio y al tuitero mileísta Gordo Dan.

Desde esas gradas libertarias llovieron los aplausos que Milei recibio en varios momentos de su discurso. Como cuando dijo que “la motosierra seguirá hasta que encuentre el final del Estado” y adelantó que su gobierno está trabajando en más de una docena de leyes. Dijo que estima que ese paquete se aborde durante este año legislativo o “desde el 11 de diciembre”, imaginando que el oficialismo ganará los próximos comicios. Entonces miró a su izquierda, el espacio donde se sienta el peronismo, y planteó: “Esta zona se va a poner un poquito más violeta”.

 

En otro pasaje del capítulo económico, Milei anunció una reforma impositiva “para tener únicamente seis impuestos”. Dijo que “el Estado Nacional establecerá un piso mínimo para cada impuesto sustancialmente inferior al total actual y luego las provincias podrán elevarlo a su criterio, lo que indudablemente generará una competencia fiscal entre las provincias que dinamizará así sus economías”. Señaló que tanto las políticas proteccionistas como la obra pública son “falacias”. “Son un curro entre los politícos y los empresarios prebendarios”, apuntaló.

Antes había dicho: “Si quieren terminar con la pobreza, terminen con el curro de la política”, y afirmó que “ajustar a la política no solo es recesivo sino que es expansivo”. Indicó que “diez millones de personas salieron de la línea de la pobreza”. El próximo 31 de marzo el Indec dará a conocer el dato oficial de pobreza en el segundo semestre del año pasado, pero las proyecciones de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) ya muestran que la tasa estaría en torno al 36,8%, el nivel más bajo desde el primer semestre de 2022 (36,5%).

En su intervención el Presidente prometió una reforma penal para bajar la edad de imputabilidad y usó como golpe de efecto el crimen de la nena Kim Gómez, asesinada esta semana en La Plata. Aprovechó para cuestionar al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, aunque omitió completamente su pedido de intervenir la provincia: “Le digo a Kicillof que mientas diga que los asesinos son víctimas del sitema, no tenemos nada para conversar”. “Ser tolerantes con los delincuentes es castigar a las personas de bien. Necesitamos aprobar la ley de baja de la edad de imputabilidad”, planteó en línea con el proyecto que se apresta a motorizar el oficialismo para que las penas se computen desde los 14 años.

También habló de una reforma migratoria “para que los extranjeros que viven en el país sin residencia paguen los servicios que usan” y pidió que las universidades públicas le cobren a los estudiantes no residentes, aunque los únicos extranjeros que pueden estudiar en las casas de altos estudios gratuitas tienen que tener obligatoriamente su residencia.

El FMI, entre las tirrias con Manes y Villarruel

Tras esas reformas Milei planteó que el Gobierno quiere avanzar en los pliegos de importantes cargos aún vacantes como el del Procurador, el Defensor General, el Defensor de Pueblo y un sinfín de juzgados y fiscalías federales, pese a que ya el año pasado hizo un anuncio en ese sentido que nunca prosperó. “Es imposible que la Justicia cumpla su deber si funciona al 60%”, dijo Milei en referencia a que hay 40% de vacantes aún, y en ese momento se cruzó fuerte con el diputado radical disidente Facundo Manes, que desde su banca le mostraba la Constitución Nacional.

 

“Leela, Manes, te va a servir”, reaccionó Milei y le reprochó: “Quizás tu versión es con inteligencia artificial y cambia de libertaria a kirchnerista, como hiciste vos”. El episodio no quedó ahí porque tras la Asamblea Legislativa, el asesor Caputo bajó de las gradas para increpar a Manes en unos de los pasillos de Diputados. El influencer Fran Fijap, que estaba acompañando al estratega libertario incluso golpeó al neurólogo, quien terminó en el despacho de Martín Menem y prometió hacer una denuncia en la comisaria de la Cámara baja por violencia y amenazas.

Hacia el final de su intervención fue que el Presidente se ocupó de adelantar un inminente acuerdo con el Fondo. “Estamos avanzando con un acuerdo con el FMI para sanear el Banco Central y salir del cepo cambiario durante este año”, dijo Milei aunque no precisó detalles de cuánto ni cuándo sería el ingreso de fondos frescos. “Estamos en condiciones de emprender este acuerdo sin aumentar nuestra deuda bruta”, afirmó. “El dinero que use el Tesoro se utilizará para cancelar parte de su deuda con el Banco Central”, adelantó.

Sin dar cifras, el Gobierno aspira recibir del organismo multilateral unos $10.000 millones. Según Milei, serán para “restaurar el patrimonio del Banco Central”. Apuntó que “el dinero que reciba el Tesoro lo utilizará para cancelar parte de su deuda con el Banco Central”.

Metió en esa discusión incluso al Grupo Clarín, con el que parece tener una nueva relación de tirantez desde que el conglomerado adquirió esta semana la pata local de la española Telefónica. “Con ese chiste de la pesificación asimétrica impulsado tan alegremente y bancado por Clarín, que después tuvo su Ley de Medios para que no quiebre, les robaron a los argentinos 30 mil millones de dólares”, dijo el Presidente, que agregó la única referencia al criptogate $LIBRA que lo tiene como protagonista: “En los últimos 25 años la política, vía Banco Central, les robó a los argentinos 110 mil millones de dólares. Vengan ahora a hablar de estafa piramidal, dale”.

Adelantó que ese acuerdo con el Fondo deberá ser rubricado por el Congreso, pero dijo que si las cámaras parlamentarias no lo acompañan, insitirá por otras vías. “Jamás nos vamos a rendir”, lanzó como una arenga de tinte electoral por las próximas elecciones: “Pelearemos en el Congreso de la Nacion, en provincias, municipios, legislaturas y concejos deliberantes. Lo haremos de local en las redes sociales o en las calles”.

Cuando se disponía a cerrar con su clásico “viva la libertad, carajo” dejó un bache de silencio que el locutor interpretó como el final del discurso. “¡Pará!”, gritó Milei e inmediatamente Villarruel comenzó a decir que había finalizado la asamblea. Entonces el Presidente cristalizó la ruptura política con su vice, en un minué que quedó capturado por la cadena nacional que no los había ponchado al comienzo de la sesión: “No terminé”, le espetó Milei. “Bueno, perdón, perdón”, dijo Villarruel. Y el mandatario volvió a la carga: “Digo, no te apures”.

 

–  ElDiarioAR

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