En el Día Internacional de los Museos, Marcelo García, a cargo del espacio ferroviario de Sierra de la Ventana comentó el trabajo diario que realiza en el lugar.
Aprovechando el Día Internacional de los Museos, en el espacio de Tiempo Educativo dialogaron con Marcelo García, a cargo del Museo del Tren de Sierra de la Ventana.
Al respecto el entusiasta ferroviario aseguró que “todos saben lo que ocurrió en los 90 con la privatización de empresas. A mí me tocó de cerca lo que se vivió con el ferrocarril y las estaciones, donde muchas de ellas dejaron de prestar servicios. Las que se mantuvieron fue porque la provincia retomó el servicio de pasajeros. Otras fueron concesionadas para cargas”.
De allí fue que “me propuse, amén de atender el servicio de pasajeros, ir en recuperación del patrimonio histórico ferroviario. Me interesaba hacer todo lo que en contra posición hacía el gobierno nacional. Lo que abandonaba, me proponía recuperarlo. Es la nada misma en relación a lo que se vivía”.
Siguiendo con su testimonio contó que “puse en valor la estación. Luego con los inventarios, lo mismo que hice en Saldungaray, lo hice desde el 2005 en Sierra cuando me transfirieron. Fui poniendo en valor los objetos, y los que no estaban por inventario, recuperarlos. Fui recuperando y completando los bienes que debería tener la estación”.
En otro pasaje de la charla explicó que “cuando tomos mis vacaciones o días libres, con otros compañeros, nos gusta recorrer y fotografiar otras estaciones. Puedo dar fe de la desidia y el abandono. Lugares donde los municipios llegaron tarde, o no han dado los tiempos para proteger los bienes”.
De todas formas subrayó que “cuando hago la intervención de los lugares, lo hago para que no se desguace y desarme todo, sino que se siga incorporando y no se toque nada. La estación de Sierra está intervenida de tal forma, que si mañana vuelve a circular el tren, se pueden abrir las puertas y funcionaría perfectamente”.
Mientras que por último dejó bien en claro que “todos los bienes que se van recuperando no son de mi propiedad, sino que siguen siendo propiedad de nación. Yo solo los preservé, los cuidé y restauré. Todo lo que se va haciendo se va digitalizando y agregando al inventario. Son bienes nacionales protegidos”.