El Senasa brinda información clave, sobre esta enfermedad transmitida por alimentos, para que los consumidores eviten intoxicaciones con productos de la pesca.
Buenos Aires – Arranca la temporada de calor y algunas personas eligen pasar su tiempo libre en las zonas cercanas al mar. En estos casos, es probable que decidan consumir productos derivados de la pesca. Por tal motivo, para disfrutar este tipo de alimentos, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) informa acerca de la marea roja con el fin de evitar enfermedades transmitidas por alimentos (ETA).
La marea roja es un fenómeno que se produce cuando se concentra un número extraordinario de microorganismos productores de toxinas en el mar junto con determinados factores del medio ambiente (temperatura, luz, pH, disponibilidad de ciertos nutrientes, salinidad, entre otros) que se tornan favorables para su multiplicación. Estos microorganismos producen toxinas que envenenan a peces, mariscos y mamíferos.
Debido a que estos microorganismos poseen pigmentos, su acumulación sobre la superficie del mar puede ser visualizada como manchas de extensión variable, de color rojizo, pardo o verdoso, lo cual le ha dado el nombre de «marea roja».
¿Hay peligro para las personas?
Sí, porque la marea roja es potencialmente tóxica para el ser humano. Los organismos como moluscos bivalvos (almejas, mejillones, cholgas, berberechos, ostras) o gasterópodos (caracoles de mar) pueden acumular las toxinas en su cuerpo al alimentarse. Las toxinas no afectan a los moluscos, ni les producen cambios perceptibles en su olor, color o sabor.
No obstante, si los moluscos contaminados son consumidos por las personas pueden ocasionarle un cuadro de intoxicación, cuya gravedad dependerá del tipo de toxina y de la dosis ingerida.
En este sentido, es importante destacar que las toxinas no son inactivadas por la cocción, el agregado de vinagre o limón, o por el consumo de alcohol, tampoco existen antídotos.
Al principio, la intoxicación suele manifestarse a través de un hormigueo en los labios, lengua, boca y cara; luego se extiende y se pierde la fuerza muscular (puede desencadenar en parálisis, dificultad respiratoria, náuseas, mareos y vómitos). Estos síntomas suelen aparecer dentro de los 30 a 60 minutos después de la ingesta, pero si los moluscos concentran una elevada cantidad de toxina, la intoxicación puede ser mortal, y desarrollarse en muy poco tiempo.
¿Cuáles son las formas de prevención?
La prevención es clave, por eso el Senasa recomienda que los consumidores:
• no recolecten moluscos y/o mariscos en las playas para el consumo casero;
• respeten las disposiciones, ordenanzas y avisos públicos de vedas a la extracción y consumo de moluscos;
• no adquieran preparaciones elaboradas con mariscos (conservas, ensaladas, paellas, etc.) en puestos callejeros o locales que no tengan habilitación bromatológica;
• no compren mariscos frescos “al pie del barco”, en escolleras o los que puedan ofrecer recolectores no autorizados;
• no compren moluscos que no cuenten con el correspondiente certificado sanitario emitido por un organismo oficial;
• compren o consuman mariscos solo en pescaderías, restaurantes o locales de comidas debidamente habilitados.
¿Cuáles son las medidas de prevención que se desarrollan en Argentina?
El Senasa realiza la toma de muestras de moluscos, su análisis en laboratorios oficiales, la fiscalización sanitaria en plantas de expedición y en transportes, y la aplicación de vedas a la extracción de moluscos en las zonas marítimas afectadas por la presencia de toxinas. Además, realiza la evaluación periódica en muestras de agua para evaluar la concentración de microorganismos productores de toxinas y el monitoreo de zonas costeras donde los moluscos pueden ser obtenidos por lugareños o turistas para consumo particular.
Como resultado de estas funciones, el Organismo cuida la salud de los consumidores, evita que comprometan su salud y fomenta que realicen un consumo responsable.