Quien suscribe la presente, Jorge Luis Varillas, pertenece a una generación que le tocó vivir momentos muy intensos de la historia de este Bendito País.
Soy de la generación que vivió muchos gobiernos de facto y otros democráticos.
Soy de la generación de las bombas puestas por unos y de los Falcon Verdes usados por otros.
Soy de la generación del “No te metas”
Soy de la generación del “Algo habrán hecho”
Soy de la generación del “Todos son chorros”, “Todos son corruptos”
Soy de la generación de la casi Guerra por el Canal de Beagle
Soy de la generación que sufrió la Guerra de Malvinas
Soy de la generación que pasó del mérito al demérito
Soy de la generación cuyos hijos (no todos) descreen del futuro y buscan irse
Soy de la generación de los que hemos tenido que soportar décadas de promesas hechas por los dirigentes políticos que nunca se cumplieron
Soy de la generación que pasó de creer en las instituciones a denigrarlas muchas veces
Soy de la generación que debe adaptarse a que lo que se dice en redes sociales (muchas veces sin fundamento) es cierto y que lo que dice una persona que piensa distinto, es falso, aunque sea cierto.
En fin, soy de una generación que hemos pasado tantas que nos llevaron a perder la Fe en cosas básicas y a dudar de todo o todos.
El 28 de Diciembre próximo pasado, estando ausentes (mi esposa y yo) sufrimos el robo, perdón hurto (hay que ser cuidadoso con la terminología, pues puede ofenderse el Sr que ingresó sin autorización a nuestra casa o su defensor) de diversos elementos que, más allá del valor económico, tienen valor sentimental, además de dejar, ese accionar, una sensación de violación a la privacidad (cosa que NUNCA es tenida en cuenta a la hora de sancionar estos delitos, que es el daño moral o consecuencia psíquica).
Como regresé a mi domicilio a las 2:30 hs del día 29, notamos indicios de que algo raro había se percibía dentro de la habitación, pero no desorden, aunque mi esposa constató el faltante de algo.
En la mañana, luego de ver en detenimiento, pudimos observar que, efectivamente, un “ser humano” había ingresado a nuestra vivienda.
Consulto con un vecino, que desde el primer momento se ofreció a ayudarme en todo lo que hiciera falta (NO pongo su nombre y apellido pues no he solicitado su autorización), sobre si había observado algo y me dirijo a la Comisaría (perdón por no poner correctamente el rango que tiene el puesto policial) de esta localidad.
Fui atendido de inmediato de manera excelente, se me explicó qué hacer, se tomó declaración, se comunicó inmediatamente de lo ocurrido al responsable de la Subestación y me dijeron que estaban al tanto de hechos similares ocurridos en la zona que se estaba investigando.
Luego de esto, y cuando me dirigía a casa, iba pensando que nada se iba a resolver y como me había sucedido en otra localidad, los hurtos NO se aclaran. Realmente, NO CREÍA que hicieran NADA. Todo iba a quedar en un papel más y listo.
Llegué a casa, le comenté a mi Señora y le dije: “Mirá, creo que de esto no se va a saber nunca quién fue y olvidémonos de las cosas afan….hurtadas”.
Estábamos almorzando (no había pasado media hora de mi denuncia) cuando golpean las manos dos personas de civil, alas que no conocía y que venían por el hurto. Eran el Oficial Principal Sergio Mancini y el Sub Teniente Matías Castillo quienes luego de hacer preguntas y ver por dónde había ingresado el caballero hurtador, nos prometieron poner una consigna en el sector para reforzar el cuidado de la zona que estaba siendo afectada y que iban a trabajar duro para encontrar al responsable. Que lo iban a hallar. Por supuesto seguí con mi descreimiento.
Grande fue mi sorpresa cuando ayer 10 de Enero me citan para que me presente en el Puesto Policial para reconocer, si me pertenecían, algunos de los efectos hurtados.
Ya ahí empecé a darme cuenta que había metido la pata y anteponer la duda o desconfianza a creer y confiar.
Y sí, soy un humano de la generación que tuvimos que entender (yo aún NO lo entiendo) que la Valores Morales no cotizan en bolsa y que la Palabra está devaluada.
Pero, NO TODO ES LO MISMO. Ya lo comprobé y esto siembra esperanza en mí y me alienta a seguir pensando que siempre podemos mejorar, no sé en Ustedes, pero en mí, sí.
Los chorros seguirán existiendo, el MAL seguirá rondando, pero existe el BIEN o GENTE DE BIEN.
Los buenos somos más, lo que ocurre es que los Malos tienen mejor propaganda, no sé en los demás, pero en mí, sí.
Sirva esto para pedir disculpas por mi desconfianza, que estoy seguro seguirá en mi por un tiempo más ya que, reconozcamos, cosas muy duras hemos pasado, pero eso sí, deberé tomar un tiempo mayor antes de desconfiar, tendré que volver a creer en las instituciones y aceptar que NO TODOS SON CHORROS O CORRUPTOS o sea, aprender a NO GENERALIZAR y a criticar siempre con fundamentos y propuestas de mejora.
Por último, debo decir que vi agentes policiales muy contentos de haber logrado esclarecer estos hechos. Como no estarlo, si muchos de ellos viven aquí y sienten empatía por la población.
No todo lo que reluce es oro, pero que lo hay, lo hay.
Mi reconocimiento y pedido de disculpas (por mi falta de creencia) a TODO el personal de la Subestación de Policía de Sierra de la Ventana y al VECINO que en vez de optar por el NO TE METAS” se la jugó y dio la cara.
Si Vecinos e Instituciones trabajamos juntos.
Si dejamos de pensar que la solución siempre la tiene que dar el otro.
Si permutamos el NO TE METAS por Involucrarnos a pesar de nuestros temores, los malos NO van a ganar y les aseguro que estaremos más protegidos y seguiremos sintiéndonos privilegiados de habitar uno de los lugares más bonitos de nuestra Bendita Argentina.
Sin más, saludo a todos muy atte.
Jorge Luis Varillas
DNI 12.278.536