El actual tesorero del Aeroclub de Saldungaray realizó un descargo sobre la situación que viven actualmente. “A los propietarios del campo les ofrecimos varias alternativas y no quisieron aceptar ninguna” afirmó.
Cadenas, candados y vacas haciendo a sus anchas por encima de una pista de aviones la cual podría ser utilizada por cualquier aeronave en una situación de emergencia. Ese es hoy el panorama que vive el Aeroclub de Saldungaray.
Al respecto su tesorero, Pedro Bonansea, afirmó que “esto es una contienda entre partes, donde nosotros siendo propietarios de la pista y el señor propietario del campo aledaño dice que la pista es suya”.
Dándole un marco histórico al conflicto, el cual hoy tiene a ese punto neurálgico de la aviación paralizado, Bonansea mencionó que “en la segunda asamblea ordinaria de 1952, a dos años de fundado el aeropuerto, quedó asentado que se le compró al señor Santiago Leturia por 36 mil pesos el predio para ser utilizado como aeródromo. Desde ahí pasaron 70 años y hace unos meses el hijo de ese hombre nos dice que necesitaba dos hectáreas para agrandar el cementerio”.
Continuando con su relato, señaló que “nosotros le respondimos que era fácil: nos saca 200 metros en la cabecera norte, pero nos cede 200 metros en la cabecera sur y acá no pasó nada. De lo contrario el aeroclub desaparece porque no nos darían las dimensiones. Nos dijo que lo pensaría”.
Al mismo tiempo admitió que “luego de unos meses aparecen cadenas y candados en la tranquera que vincula el hangar con la pista y no pudimos sacar más el avión. Fuimos a hablar con él y le ofrecimos todas las opciones que se nos ocurrieron; desde trasladar la pista a otro sector, a que nos vendan esas dos hectáreas y que nos deje pagar con trabajo. Todo fue negativo”.
Por último reconoció que “desde ayer sacaron el tendido eléctrico y lo dejaron en el hangar, haciendo que las vacas se metieran en el predio, lo que se vuelve un peligro ya que están sobre la pista y como es reconocida por la ANAC, cualquier aeronave en peligro podría bajar ahí de emergencia y sufriría un terrible daño”.
En otro pasaje de la charla, y volviendo al inicio del conflicto; la ampliación del cementerio de Saldungaray, el miembro de la comisión directiva aseguró que “estuvimos leyendo la ley de ampliación de cementerios, y un cementerio actual puede crecer únicamente hacia arriba, no puede hacerlo hacia los costados, y mucho menos a la vera de un río que le da de beber a dos ciudades”.