José María Leturia, hijo del actual propietario del campo donde se encuentra la pista del aeródromo, contó su versión de los hechos. “Es una lástima que el aeroclub esté manejado por esta gente” dijo.
Sin lugar a dudas fue uno de los temas de la semana. El aeroclub de Saldungaray, el campo donde está instalado y el pedido del municipio por ampliar el cementerio. En ese triángulo de dimes y diretes, ahora quien tomó la palabra fue José María Leturia, hijo del actual propietario del establecimiento rural.
Al respecto, comenzó diciendo que “nosotros no somos usurpadores. Tenemos la escritura, la propiedad, todos los impuestos pagos, todo ordenado. Somos los dueños legítimos del predio”.
Continuando con esa línea, aseguró que “ellos dicen que tienen un acta pero la contraparte no firmó. Mi abuelo nunca vendió eso. Si vos tenes una propiedad después no podes firmar un contrato de comodato. No podes pedir autorización de la utilización de la pista. Me llama mucho la atención”.
Refutando alguna de las acusaciones vertidas públicamente, José María aclaró que “no es verdad que no quisimos llegar a un acuerdo. Nosotros le ofrecimos una autorización de tres o cuatro años más hasta que consigan otro lugar. Lógicamente haciendo un contrato pero sin cobrarle nada. Nos contestaron que nos iban a llamar de la ANAC, y el que nos terminó llamando fue su abogado amenazándonos que nos iban a meter presos a mí y a mi padre”.
A su vez, lanzó un dato revelador: “ese campo, les guste o no les guste al aeroclub, no tiene un seguro por lo que si ocurre un accidente debemos correr nosotros con todos los gastos”.
Por último reconoció que “con esta gente no se puede hacer nada. Es una lástima que el aeroclub esté manejado por esta gente. Esto va a terminar al revés, y van a terminar usurpando ellos”.