A lo largo de sus más de 20 años de carrera dedicados al estudio del envejecimiento, el genetista australiano David Sinclair halló que la “abundancia” propia de la vida moderna es lo que enferma al cuerpo. Cómo es posible vivir más años y con buena salud.
El genetista australiano y experto en longevidad de la Universidad de Harvard David Sinclair asegura que el “modo escasez” es parte del tratamiento contra el envejecimiento, pues la vida moderna plantea un “modo abundancia” que enferma al cuerpo.
Con el ayuno, la eliminación de los ultraprocesados de la dieta y el ejercicio físico como sus principales estandartes, su método plantea cómo ciertas privaciones activan las defensas contra el envejecimiento.
Sinclair desarrolló el concepto “supervivencia” (survival) en su libro Alarga tu esperanza de vida. Cómo la ciencia nos ayuda a controlar y revertir el proceso de envejecimiento, en el que además de poner al grueso de la población al día acerca de los asombrosos progresos en el desciframiento de los mecanismos químicos y orgánicos sobre los que actuar para prevenir el deterioro fisiológico prematuro, introdujo la idea de incluir en la rutina diaria una serie de hábitos sencillos, como una alimentación saludable, ejercicio, exposición al frío, etc para alcanzar y garantizarse una vejez extendida y óptima.
Actualmente, Sinclair tiene 53 años, y lleva por lo menos una década experimentando consigo mismo, consumiendo drogas experimentales para ralentizar el envejecimiento de su propio cuerpo, algo que dice le ha funcionado muy bien. De hecho se jacta de no tener arrugas ni canas.
En una entrevista hallada en Youtube, el genetista explicó las bases de su método haciendo referencia al hombre actual como el responsable de “la rueda de ardilla tecnológica” en la que la humanidad se encuentra en los últimos seis millones de años “desde que los primeros antepasados tomaron un palo por primera vez y lo usaron como herramienta”.
Para él, “hay cuatro rasgos que componen la capacidad de la humanidad: el hombre es narrador, explorador, fabricante de herramientas y viajero en el tiempo y estos rasgos son diferentes a cualquier otro animal en el planeta”. “Esos rasgos nos han llevado a un punto donde tenemos un mundo que en muchos aspectos es tan artificial que ninguno de nosotros puede sobrevivir en la naturaleza, y si bien tiene partes buenas, hay muchas cosas malas en el mundo en que vivimos -planteó-. La degradación ambiental es sólo una de ellas, hay problemas con el sueño, con nuestra alimentación, etc”.
Así es que lo primero que Sinclair plantea en el libro es cómo la humanidad llegó hasta aquí. “Lo segundo es qué hacemos ahora en esta situación en la que necesitamos más tecnología para salir de los problemas que hemos creado”, ahondó, al tiempo que continuó: “Y lo tercero es qué podemos hacer como individuos para vivir una vida mejor”.
Y tras asegurar que “una vez que el hombre se subió a esta cinta caminadora es difícil bajar”, el experto de Harvard consideró que la solución es “que las personas usen los cuatro rasgos que trajeron a la humanidad hasta aquí para sacarlas de estos problemas que el mismo ser humano ha creado”.
Cómo activar el circuito de la supervivencia
Según Sinclair, el concepto “es muy importante para mantenerse sano en la juventud, pero en realidad sirve para mantener el cuerpo vivo cuando los tiempos son difíciles”.
En una entrevista a Insider, el genetista contó que según los componentes de su ADN, que reflejan el proceso de envejecimiento, él es una década más joven de lo que sugiere su identificación.
Pero él no siempre fue así. Sinclair dijo que cuando tenía 30 años comía en exceso, bebía en exceso y tenía sobrepeso. Pero hacer cambios en el estilo de vida, como adoptar una dieta basada en plantas y eliminar la mayor parte del alcohol, marcó una gran diferencia en su vida útil proyectada, según él.
“Mi edad biológica calculada ha estado disminuyendo durante la última década o más hasta un punto en el que se predice que viviré al menos una década más de lo que habría vivido si no hubiera hecho nada -sostuvo-. Así que nunca es demasiado tarde”.
Sinclair halló que hay siete genes de la longevidad en el cuerpo humano. Y los bautizó “sirtuins”. Él afirma que los “sirtuins” son defensas naturales del cuerpo contra el envejecimiento.
Y tras destacar que este grupo de genes responden a todo lo que las personas hacen, ya sea situaciones adversas, ejercicio o ayuno, el científico ahondó: “Esos genes y las proteínas que fabrican perciben su entorno. Y cuando detectan posibles situaciones adversas o amenazas luchan para proteger y mantener el cuerpo a salvo, y consecuentemente más sano y vivaz, incluso cuando somos ancianos. Lo que hacen las sirtuinas es controlar esta estructura. Hacen muchas cosas, pero lo principal que creo que hacen para que vivamos más es controlar lo que se conoce como el epigenoma”.
De allí su llamado “circuito de la supervivencia”. “Los genes son los componentes del circuito y perciben todo lo que nos rodea: la cantidad de carne que comemos, la temperatura, la glucosa en la sangre, el ejercicio, la energía social y responden cuando su cuerpo se ve amenazado”, explicó. Y amplió: “Si la persona se sienta y come mucha comida esos genes se volverán perezosos y se ocuparán de otras cosas que no ayudan a la longevidad. Así, alguien tiene hambre, cuando corre, eso es percibido como una amenaza. Si tiene mucho calor o mucho frío (y si pasa de calor a mucho frío de repente) todos esos son shocks en el cuerpo que encienden estas vías que nos mantienen más saludables por más tiempo”.
“Así es cómo realmente entendemos por qué la dieta y el ejercicio son saludables: son el encendido de estos sistemas de supervivencia”, señaló Sinclair, quien destacó: “Lo que vemos es que cualquier cosa que no te mate lo que hace es volverte más fuerte y eso es lo que hago con mi vida; trato de mantenerme en un estado de indigencia y ciclar a través de estas adversidades que realmente no dañan mi cuerpo pero lo ponen en un estado de alerta máxima”.
Sinclair también toma algunas “moléculas de longevidad” diferentes al día: la primera es el resveratrol, un suplemento hecho de un compuesto que se encuentra en el vino tinto; el siguiente es la metformina, un medicamento que se usa para tratar la diabetes tipo 2 y que supuestamente protege contra las enfermedades y alargan la vida al ayudar a controlar el azúcar en la sangre. Finalmente, el más importante son los precursores de NAD+, que cuentan con abundante literatura científica y ayudan a brindarle energía a las células y darle estabilidad al ADN al activar los “sirtuins”, por ello Sinclair considera que juegan un papel clave en el envejecimiento. El precursor NAD+ que mayor efectividad ha demostrado es el activo conocido en Argentina como Telomerina, que es un suplemento de la alimentación de venta libre.
Asimismo, el experto precisó que bebe una o dos matchas de té verde al día, preparados por su pareja, la nutricionista y famosa chef Serena Poon. “Tiene moléculas con propiedades antiinflamatorias, que previenen el cáncer, entre otras cosas”, aseguró.
Respecto a su estrategia de mantener al cuerpo en estado de alerta, el científico aclaró que el estrés al que se refiere es el celular, “que puede presionar a las células a través de la temperatura o la falta de nutrientes pero no es lo mismo que el estrés psicológico”. “Aunque se trate de la misma palabra son cosas completamente diferentes -sostuvo-. Esto quiere decir que un poco de estrés, siempre que no sea paralizante y provoque un deterioro físico, es útil para el organismo. Hacer cosas que generen adrenalina es bueno, pero no el estrés crónico. En un momento hay que ser capaz de calmarse; mucha gente usa el sueño, la meditación o el yoga para mitigar esos efectos negativos del estrés”.
Por último, aclaró que cuando habla de ejercicio, no se refiere solamente a hacer una rutina de ejercicio físico, sino que estar activo y poner al cuerpo en modo supervivencia implica caminar y moverse más, elegir la escalera en lugar del ascensor y buscar siempre un estilo de vida más activo.
Fuente: Infobae