Aún con todos los años que han pasado, Maribel Ábalos se sigue lamentando por esa escultura mal lograda. “La idea era otra cosa. Lo que llegó fue totalmente lo opuesto”.
Nadie puede dudar del amor que siente Maribel Ábalos por Villa Ventana. Y si ese nombre no les suena, seguramente el de “Chichi” González sí. Al final de cuentas es la misma persona. En el segundo caso, el apodo y su apellido de casada camuflan la identidad.
Lo cierto es que ella junto con un grupo de vecinos impulsaron la creación de una escultura en el acceso a Villa Ventana sobre los ´90, buscando identificar la localidad y dándole un atractivo más a la perla de la comarca.
Sin embargo, las buenas intenciones chocaron de frente con la creación de una artista que vaya a saber uno por qué, no siguió al pié de la letra el pedido, dejó que su imaginación la lleve, y como resultado, Villa pasó a ser conocida como “Ciudad Gótica”.
Recordando aquellos años, Maribel mencionó que “decidimos entre todos poner algo que nos representara porque en aquellos años Villa Ventana no era tan conocido. Éramos muy pocos y decidíamos todo entre todos. Aquellos años los disfruté muchísimo. Había que trabajar y trabajar. Nunca hubo una comisión armada. No se necesitaba un título. Tan simple como un grupo de voluntarios”.
Saltándose episodios del relato, fue directo al grano y enfatizó en que “el error nuestro fue nunca supervisar la obra. Del modelo que habíamos hecho a lo que se hizo, fue una decepción. De ahí que nos decían Ciudad Gótica. Hasta los choferes del colectivo interurbano lo anunciaban como Ciudad Gótica. Me daba tanta bronca”.
Incluso, apuntando al trabajo previo, aseguró que “hicimos una cartulina con el proyecto y lo fuimos vendiendo. Era algo muy alada, muy delicada… la idea era otra cosa. Lo que llegó fue totalmente lo opuesto”. A raíz de esto es que la escultura pasó a ser objeto constante de burlas.
Actual portal con fuente en la rotonda «Raúl Alfonsín»
“Tenían demasiados nombres. Los pingüinos, las monjas… tantas cosas les decían… después al nido le decían la palangana. Caía todo sobre mí” recordó con nostalgia.
De memoria prodigiosa, “Chichi” confirmó que “me inspiré en las golondrinas que estaban en el arroyo, al lado del dique. Hacían unas piruetas hermosas”.
Las golondrinas de la portada se encuentran hoy en el Museo Sendero de los Recuerdos.
Al tiempo que aseguró que “para la inauguración había venido la banda de Pigüé. Fue para la tercera edición de la Fiesta de la Golondrina. La trajeron encima el mismo día en un camión. Me avisaron cuando estaba en la delegación. Me dijeron; andá a ver lo que trajeron. Ya estábamos en la plaza para el acto y yo no dejé que la banda vaya hasta el acceso”.
Por la sorpresa que causó esta declaración, Maribel reiteró: “cuando volví a la plaza de ver lo que nos habían traído era tal mi amargura, que no dejé que fuesen. Encima puso a las golondrinas en el suelo… ¿Cuándo vieron a las golondrinas en el suelo?”.