Este fin de semana, recorrimos varios municipios y Delegaciones municipales de la costa bonaerense: Villa Gesell, Mar Azul, Mar de las Pampas, Pinamar, Ostende, Valeria del Mar, Cariló, Mar Chiquita, Mar de Cobo y Santa Clara del Mar. Exceptuando Mar Chiquita, estas localidades son relativamente pequeñas en población y superficie. Sus habitantes, en su mayoría, son empleados públicos o comerciantes en sectores que abarcan desde la gastronomía hasta el turismo. Sin embargo, estas comunidades no generan suficientes fuentes de trabajo para retener a sus jóvenes y crecer poblacionalmente.
Un diseño desde el centro del poder
Estos municipios comparten muchas características con el resto de la provincia. No fueron diseñados desde La Plata, sino desde la Ciudad del Buen Ayre, bajo una perspectiva porteñista. Esta región costera, por ejemplo, ha sido destinada al ocio del capitalino, que además decide quién representa al poder político en estas administraciones locales. Este fenómeno no es exclusivo de la costa; también se observa en las regiones del norte bonaerense, destinadas a la producción frutihortícola, y en el centro y sur, a la cerealera, oleaginosa, papera y vacuna. Estas áreas no generan industrias propias, lo que resulta en una pérdida de población y desarrollo, mientras el Conurbano concentra la industrialización y el amontonamiento poblacional.
La falta de articulación entre estas regiones y su subordinación a un centro de poder, la metrópolis, hacen inviable cualquier proyecto que pretenda dividir la provincia en varios estados o gobiernos. La centralización porteñista impone un modelo de desarrollo que favorece a la capital en detrimento del interior bonaerense. La diversidad productiva de la provincia no se traduce en un desarrollo equilibrado debido a esta concentración de decisiones y recursos, perpetuando una dependencia que limita las posibilidades de crecimiento y autonomía de sus municipios.
Falta de autonomía y dependencia del porteñismo
Nuestra provincia no tiene autonomía ni independencia, por lo tanto, no es federal. Los municipios son el resultado de políticas ajenas a los intereses de los bonaerenses. Han sido regionalizados desde una mirada porteñista, elitista, atlantista y liberal. Esta perspectiva ignora las necesidades y potencialidades de cada región, imponiendo un modelo de desarrollo insostenible e inequitativo.
Recuperar el federalismo bonaerense
La provincia de Buenos Ayres debe recuperar su federalismo y contar con bonaerenses en su gobierno junto a ministros bonaerenses. Actualmente, ni siquiera tenemos un canal de comunicación propiamente bonaerense que refleje nuestra identidad y necesidades. Es imperativo que los municipios tengan autonomía y que se genere un esquema regionalista decidido por los mismos municipios. Debemos crecer y desarrollarnos de manera que cada uno de ellos contribuya al crecimiento de la provincia en su conjunto, con un proyecto estratégico que responda a las particularidades y potencialidades de cada región.
La Necesidad de un Proyecto Estratégico
El desarrollo de la provincia de Buenos Ayres requiere de un proyecto estratégico que considere sus diversidades y potencialidades. Esto implica:
– Descentralización del poder: transferencia real de poder y recursos a los municipios para que puedan tomar decisiones autónomas y adecuadas a sus contextos locales.
– Desarrollo industrial local: incentivar la creación de industrias locales que generen empleo y detengan la migración de jóvenes a otras regiones o al Conurbano.
– Infraestructura y servicios: mejorar la infraestructura y los servicios públicos en todas las regiones, asegurando un nivel de vida digno para todos los bonaerenses.
– Educación y capacitación: implementar programas de educación y capacitación que preparen a los jóvenes para los desafíos del mercado laboral actual y futuro.
– Comunicación y cultura: crear canales de comunicación que reflejen la identidad bonaerense y promuevan nuestra cultura y valores.
En definitiva, la provincia de Buenos Ayres enfrenta un desafío histórico. Debemos recuperar nuestro federalismo y autonomía municipal para desarrollar un modelo de crecimiento sostenible y equitativo. Esto no será posible sin la participación activa de todos los bonaerenses, desde el gobierno hasta cada uno de nosotros. Es hora de que tomemos las riendas de nuestro destino y construyamos una provincia que refleje nuestros valores, necesidades y aspiraciones. La autonomía municipal y un enfoque regionalista basado en la cooperación y la solidaridad son claves para lograr este objetivo. Así, podremos asegurar un futuro próspero y justo para todos los habitantes de nuestra querida provincia de Buenos Ayres.
Luis Gotte
La trinchera bonaerense