El ministro de Desarrollo Agrario bonaerense, Javier Rodríguez, encabezará la apertura junto al intendente local, Sergio Bordoni.
A veces, el alma de un lugar se encuentra en sus paisajes. Otras, en su gente. Pero en Saldungaray, este rincón de la provincia de Buenos Aires enclavado entre sierras y viñedos, el alma florece también en su vino. Y no hay mejor momento para comprobarlo que durante la esperada 10° Fiesta Provincial de la Vendimia, que tendrá lugar el 12 y 13 de abril.
Convertida en uno de los encuentros más emblemáticos para el sector vitivinícola bonaerense, la fiesta no sólo celebra la cosecha de la uva, sino también la transformación de esta región en un nuevo destino turístico y gastronómico de peso. Saldungaray se afirma así como una parada obligada para los amantes del buen vino, la música y la naturaleza.
Durante las dos jornadas, los visitantes podrán descubrir la diversidad y riqueza de los vinos bonaerenses en un ambiente festivo y familiar: habrá degustaciones, food trucks, artesanías regionales y espectáculos artísticos para todos los gustos.
La entrada será libre y gratuita, y la grilla promete emociones fuertes. El sábado 12, desde las 17 horas, la música comenzará a sonar hasta alcanzar su punto más alto con la presentación de Bersuit Vergarabat, una banda capaz de conjugar fiesta, compromiso y alegría en un mismo acorde. El domingo la cita arranca a las 13 con un imperdible show de cocina en vivo, y culmina con las actuaciones de Espejos y Kaiser Carabela.
De esta forma, el evento no solo homenajea al vino, sino también al esfuerzo de los productores y a una comunidad que apuesta al futuro.
El MDA empuja al sector vitivinícola
La provincia de Buenos Aires, tradicionalmente más asociada al trigo y la ganadería, ha logrado en los últimos años un desarrollo vitivinícola que la posiciona entre las diez principales productoras del país. Con un crecimiento anual que ronda el 11,3%, la actividad se expande a paso firme, impulsada por proyectos públicos y privados que encontraron tierra fértil para la innovación.
En este sentido, el acompañamiento del Ministerio de Desarrollo Agrario (MDA) de la provincia de Buenos Aires resulta fundamental: la creación de la Mesa Provincial Vitivinícola y el Programa de Fomento a la Vitivinicultura Bonaerense han sido claves para formalizar al sector, mejorar técnicas de producción y promover el Vino Buenos Aires en escenarios nacionales.
A su vez, desde el MDA se continúan implementando acciones en el marco de este programa, cuyo objetivo central es la identificación y formalización del sector. Para ello, se ofrece asistencia técnica y capacitación a los productores en diversas temáticas vinculadas al cultivo y la producción, como poda, enología, inscripciones y habilitaciones.
Asimismo, en 2023 se estableció un módulo experimental en el Campo Piloto CORFO, destinado a evaluar el rendimiento de ocho variedades de vid (Malbec, Merlot, Tannat, Semillón, Cabernet Sauvignon, Ancellotta, Gewurztraminer y Pinot Noir) en el Valle Bonaerense del Río Colorado, incorporando tecnologías de riego por goteo con fertirriego y sistemas de protección contra heladas por aspersión.
Javier Rodríguez: «El esfuerzo está dando sus frutos»
«El aumento del interés por estos riquísimos vinos bonaerenses es el fiel reflejo de que los esfuerzos por aumentar la producción está rindiendo sus frutos, o sus vas», sostuvo el ministro, Javier Rodríguez. «La provincia tiene una visión estratégica de apoyo continuo, con la implementación de políticas públicas para que nuestro vino se siga expandiendo», acotó.
En efecto, el crecimiento es palpable. Desde 2020, el número de viñedos aumentó un 36% y la producción de uva en 2024 alcanzó 3.028 quintales, un 50% más que el año anterior. Todo destinado a la producción de vino, alcanzando los 1.937 hectolitros en el último año.
En esta dinámica de expansión, municipios como General Pueyrredón, Berisso y Tornquist –que alberga a Saldungaray– juegan un rol estratégico. Y es aquí, en este escenario de sierras, historia y tradiciones, donde la Fiesta de la Vendimia se transforma en una invitación irresistible: a recorrer, a brindar y a «gastar zapatillas» en busca de nuevas experiencias.