Los estafadores simularon el secuestro de su hijo. Nota con Miriam Forestier.
Una familia de nuestra localidad padeció, en la madrugada del domingo, una terrible situación ligada a los secuestros virtuales. Miriam Forestier conversó con este medio sobre la desagradable experiencia que le tocó vivir junto a su marido y que no llegó a concretarse.
Alrededor de las 5:40 de la madrugada del domingo el teléfono fijo de la familia de Miriam comenzó a sonar. En alerta, ante cualquier demanda de familiares o allegados, la mujer contestó la llamada y escuchó, del otro lado, el pedido de ayuda de quien identificó como la voz de su Hijo.
“Cuando atiendo el teléfono y escucho la voz de mi hijo diciéndome que necesitaba ayuda, que le habían pegado, que estaba sangrando y con el ojo morado, sin saber dónde estaba porque estaba con los ojos vendados, sabiendo todo lo que pasa en la calle y sin saber de las estafas que vienen haciendo en Tornquist, le pasé el teléfono a mi marido para constatar si se trataba de la voz de mi hijo y cuando se le transformó la cara, supe que sí, que era él”, comentó.
Y prosiguió: “Tratamos de tranquilizarlo diciéndole que lo íbamos a ayudar e inmediatamente alguien le saca el teléfono y empieza a extorsionarnos con dinero, pidiéndonos los números de nuestros celulares y diciéndonos que no hagamos nada”.
Ante el calvario que estaban viviendo, Miriam decidió darle su número y su celular comenzó a sonar al instante.
“Te queda grabada la voz de tu hijo y es una situación contradictoria porque no sabes si es verdad o mentira, pero ante la duda, tenes que actuar” explicó, y añadió que los malvivientes, en todo momento, amenazaban con generarle un daño a su hijo, a quien tenían secuestrado.
“Mi hijo estaba en Bahía, y justo se da la casualidad de que este finde no vino a Tornquist”, por lo que sospecha que estaban siendo estudiados.
Luego de 35 minutos de comunicación con los secuestradores, afirma que “era imposible llamar a la comisaria o dar aviso porque en todo momento te están llamando y no podes hacer uso de ninguna línea”.
Tres fueron los intentos de dar aviso a emergencias y tras un intento de salir de su casa y recibir una amenaza de disparo si lo volvía a intentar, Miriam decidió apagar el GPS de su celular y, con la excusa de ir a la casa de su suegra a buscar el dinero para el rescate, logró llegar a la Comisaría de la Mujer.
“Sin poder decir mucho porque estaba hablando con estos tipos, la oficial Molina interpretó mi lenguaje de señas para que ellos no se den cuenta. Ya siendo las 6 am, finalmente llegó un móvil a mi casa. Gracias a la inmediatez de la policía, se cortaron las llamadas”, recuerda.
Un momento, sin dudas, angustiante, que gracias a dios no pasó a mayores.
“Mi hijo, en Bahía, tenía el celular en Modo Avión, por lo que las llamadas no entraban. La Policía de Bahía Blanca pudo ubicarlo por un sistema de búsquedas y fue hasta su casa para darle aviso”
Miriam y su familia se encuentran bien, aunque el estado de shock prevalece: “Muchas veces dije que no me iban a engañar con la voz de mi hijo y, sin embargo, pasó”, afirmó y sostiene que “en el momento, aunque cueste, hay que tratar de mantener la cabeza fría”.