Nora Sidorkewicj es una de las especialistas que este lunes disertó de manera gratuita sobre animales ponzoñosos en el espacio de Bomberos Voluntarios. “La gente tiene que saber que el tema del suero es muy delicado”.
La docente de la UNS, y doctora en Biología, Nora Sidorkewicj fue una de las disertantes en el encuentro gratuito llevado adelante en las instalaciones de Bomberos Voluntarios, referido a los animales ponzoñosos que nos podemos encontrar en la comarca.
Al respecto, la especialista en ofidios en la provincia de Buenos Aires explicó que “lo que más tenemos en encuentros de a diario es con arañas que viven en las casas, que son las arañas de los cuadros. Se denomina así porque vive atrás de los muebles. Le huyen a la luz, de ahí que salen de noche. Por más que limpien y limpien siempre van a tener de esas”.
De igual manera señaló que “la viuda negra también es bastante común, pero se encuentra en el exterior, salvo que uno entre algo de afuera, como leña o macetas. Esta da un cuadro neurotóxico. En cambio la otra da síntomas distintos, como lesiones”.
Siguiendo en esa línea mencionó que “en cuanto a ofidios hay muchas culebras y hay dos yararás. En la zona serrana, la de la cruz es la tercera de abundancia. Es la que más uno se encuentra. Para estas serpientes hay que tener cuidado donde uno pisa, donde mete la mano, cerrar puertas, ver dónde se acampa. Es aconsejable mover las cosas con palos, no dejar basura ni cosas acumuladas”.
En otro pasaje de la charla hizo especial hincapié en que “la gente tiene que saber que el tema del suero es muy delicado. Si se aplica de mala forma es más peligroso que el veneno que le inyectó el animal. Siempre debe manipularlo personal especializado”.
Y al respecto referenció que “los centros anti ponzoñosos se ubican en el Hospital de Tornquist, el Hospital Municipal de Bahía Blanca y el Hospital de Dorrego. Ellos tienen esos sueros y el personal entrenado. La gente debe intentar evitar conseguir el suero en farmacias, porque se consigue”.
Sobre esa cuestión puntual advirtió que “ese suero puede generar una reacción alérgica. De ante mano nosotros no sabemos si somos alérgicos. Si lo somos, podemos morir en cuestión de minutos. Si me pica una yarará tengo tiempo para ir al Hospital, si me aplico mal el suero me muero en minutos”.